tag:blogger.com,1999:blog-10386280481735686722024-03-19T10:39:44.247-07:00Papeles de Crítica Legalun espacio de analísis y reflexión sobre el quehacer legalGorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.comBlogger19125tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-77680076904090024352023-03-21T15:22:00.003-07:002023-03-21T15:22:44.189-07:00<p><b><span style="font-size: medium;">La contrareforma universitaria</span></b></p><p> <span style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">La reforma universitaria aún era un proceso en su fase inicial. Los cambios previstos en las normas requerían un acompañamiento en la práctica institucional. Los esfuerzos por lograr mejores estándares en el desempeño de las universidades debían reflejarse no solo en cambios mínimos en la infraestructura y señales cosméticas en los papeles. Una reforma en serio debía ser capaz de enfrentar la dramática situación en la que se encuentran la mayor parte de las llamadas </span><span style="color: #050505; font-family: inherit; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><a style="color: #385898; cursor: pointer; font-family: inherit;" tabindex="-1"></a></span><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">universidades con fines de lucro, pero también muchas universidades públicas: debía promover un cambio cultural para superar las incapacidades adiestradas de las autoridades universitarias y de los propios docentes universitarios.</span></p><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">Para comprobarlo basta con echar una mirada a los rankings internacionales: las universidades peruanas con excepción de una o dos, no cuentan ni siquiera entre las primeras mil o dos mil en el mundo. Para no ir lejos, el prestigioso ranking británico QS identifica a dos universidades peruanas entre las primeras 100 (que es decir mucho) en América Latina: una en el puesto 13 y la segunda en el 97. Y esto es el reflejo de lo dicho, es decir, de la escasa o nula importancia que se le otorga a la investigación, de haber convertido los grados académicos de maestría y doctorado en solo factores burocráticos, papeles que, prácticamente, se obsequian, de haber hecho de la cátedra universitaria una herramienta útil para cualquier fin, menos para difundir el amor al conocimiento, la crítica o el interés por la investigación científica.</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">La SUNEDU nació limitada en sus competencias, pues las presiones de los dueños de las universidades privadas se hicieron notar en el proceso de aprobación de la ley universitaria. Sin embargo, el esfuerzo de los años siguientes permitió algunos avances. El licenciamiento y las otras exigencias para el funcionamiento de las universidades, pero también la transparencia sobre el proceso de la vida universitaria a través de los datos que, sobre el particular, empezaron a aparecer. Los defectos eran y son superables, siempre en la perspectiva de su fortalecimiento.</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">La SUNEDU debía optimizar y perfeccionar sus competencias. Ese debía ser el tenor de cualquier reforma. Sin embargo, las "fuerzas del mal" representadas en el Congreso de la República (que hoy es todo menos eso), hicieron su trabajo y avanzaron en la desarticulación del gobierno de esta institución. La elección de su Consejo Directivo incompleto, cuyos miembros, sin talante, ahora se apresuran a nombrar al Jefe de la Institución son el inicio de lo que se verá, si todo esto se consuma, en el espacio universitario.</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhWc66VjwYC84BZ3fIVH_4DP6YRtl12-Bxr-yGbQ90MuHEn-m7bI4cc_jH3spMS7c8yDx7aoJe-1x18DP0LfJn5OiAgfsyINqm6Wy2icWcfobnweSGUE_wLCm4TIQ7Nex4BlQ_yPOpCglJvKaEK-BYt-xDSNznzyv8__DYqKs0G4q-W7tcwzQ3aAw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="340" data-original-width="604" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhWc66VjwYC84BZ3fIVH_4DP6YRtl12-Bxr-yGbQ90MuHEn-m7bI4cc_jH3spMS7c8yDx7aoJe-1x18DP0LfJn5OiAgfsyINqm6Wy2icWcfobnweSGUE_wLCm4TIQ7Nex4BlQ_yPOpCglJvKaEK-BYt-xDSNznzyv8__DYqKs0G4q-W7tcwzQ3aAw=w441-h247" width="441" /></a></div><br /><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">Es muy necesario tener presente que esta realidad es uno de los signos más representativos de estos tiempos donde la "política" ha sido sustituida por el grito, la ignorancia, la brutalidad y las emociones del más bajo calibre, tal vez, ni siquiera imaginadas por Orwell. En eso se diluyen los extremos de la izquierda y la derecha del Congreso, pero también sus acompañantes dentro y fuera de él. Ellos han convertido la política en lo opuesto a la que se desarrolla con propósitos civilizatorios, la que convoca el sentido común, para mejorar la Polis, para crear ciudadanía, para establecer las mejores condiciones para que las personas puedan determinar su plan de vida como parte de la comunidad republicana. </div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">Los poderes fácticos de los grupos económicos de distinto origen, también involucrados en las universidades, son una extensión clave del oscuro y dramático futuro que se empieza a vislumbrar en el país. A la represión, los asesinatos y a la incapacidad de gobernar del actual régimen se suma este rasgo del período: el desprecio por la educación universitaria y su sometimiento a los intereses privados y a la idea de un mercado que no existe.</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-23838374645095121632017-12-15T14:19:00.003-08:002017-12-16T07:52:28.738-08:00Reivindicar la Constitución en la hora presente<div style="text-align: justify;">
Esta es una hora aciaga y no la vamos a superar con la vacancia o la renuncia del Presidente. El problema que tenemos al frente tiene un carácter estructural: la falta de representatividad del sistema político.
La transición del 2000 no sirvió para revertir el problema. Sólo hizo que se oculte. El ejercicio del poder político nunca dejó de tener como telón de fondo la fuerza del modelo económico que venía de la década anterior. Por eso es que los intereses que gobiernan el país están orientados por esa impronta. No son las demandas sociales, la pobreza ni la exclusión las prioridades de la política. El sentido de la economía ha sido delimitado por un mesianismo libertario (nunca liberal en serio) en la teoría, pero mercantilista en los hechos, para proteger los intereses de los grupos económicos que desde adentro y afuera dictan lo políticamente correcto en nuestro país. </div>
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Aparecieron los ”Zavalas” y se reencarnaron en los “Castillas”, todos con su semblantes de “yo no fui”. Quizás pretendiendo vender la idea de la neutralidad “técnica” de su función. Y por eso el gobierno que anunciaba la gran transformación hizo todo lo contrario, pues en el MEF encontró el fiel de su balanza. Esa fue la medida que marcó el comportamiento de los ministros de aquel régimen. El MEF o el poder detrás de él, era quien gobernaba el país y los intereses valorados estaban muy lejos de corresponder a las demandas sociales del Perú.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAdkgBObdjt4Z1o2bMID4dBxsa3ZDzkLzFPy1oFHMpZNG10WZIeBTNOnJXt0wz_O7sYneuF9PoQZknM-MenYfhoBj0FSkFMOUMuvFj9DlN0ki9CqJm_0BdOFLYuWXruUU8jZyNkViZgQ/s1600/guernica_all-1.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="501" data-original-width="1101" height="146" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAdkgBObdjt4Z1o2bMID4dBxsa3ZDzkLzFPy1oFHMpZNG10WZIeBTNOnJXt0wz_O7sYneuF9PoQZknM-MenYfhoBj0FSkFMOUMuvFj9DlN0ki9CqJm_0BdOFLYuWXruUU8jZyNkViZgQ/s320/guernica_all-1.jpg" width="320" /></a> </div>
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En este modelo ha sido posible tener políticos y gobernantes, según sabemos hoy, más preocupados por sus negocios que por el “buen gobierno”. Se creó entonces una práctica de encubrimiento por sus segundos y terceros. A la sombra de este modelo se hizo posible el “roba pero hace obra” que adquiere un sentido antropomórfico en muchísimas autoridades locales. Una de ellas actúa con impunidad en nuestra ciudad.
Este modelo no va cambiar con la vacancia del Presidente y sobredimensionar su resultado puede hacer más grave el problema. La crisis impulsada por el fenómeno de Odebrecht, debería servir para iluminar la oscuridad creada por la corrupción sistémica y, en gran medida, articulada al modelo económico. Sin embargo, esta oportunidad se podría diluir en la vorágine creada por la política de “segunda” que ha salido a la caza aprovechando precisamente las sombras del sistema.<br />
<br />
Nadie niega que para enfrentar este difícil momento es necesario ceñirse a los procedimientos previstos por la Constitución, pero habría que preguntarse si el resultado será capaz de realizarla o, más bien, terminará por convertirla en un instrumento usado superficialmente para satisfacer los intereses de quienes no tienen ningún compromiso con ella ni con el país. Después de todo, la paradoja está ahí presente: los culpables están acusando a los culpables. </div>
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Quienes han perdido toda legitimidad para decir nada sobre la corrupción, aquellos que han buscado dividirse para defender sus diminutos espacios en vez de ocuparse de los intereses del pueblo que los eligió, los que con su silencio apoyan la falta de ética y la deshonestidad intelectual, quienes no tienen aptitud para pensar los problemas del país con seriedad. Todos ellos, desde quienes se llaman de izquierda hasta los que se ubican en el terreno del populismo de derecha y la intolerancia conservadora, están llevando adelante un proceso en el que quizás ellos también deberían estar incluidos como responsables. </div>
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La Constitución no se agota en los dilemas técnicos, su racionalidad sobrepasa la dinámica de las coyunturas, pues responde a las demandas de la pluralidad y la contingencia de la historia. La Constitución reclama, más bien, que se abra un debate nacional para que dar paso a la razón diversa y plural del país. Exige un proceso de deliberación ciudadana donde participe el pueblo: hace falta sentir la presencia de los universitarios y demás actores sociales -quizás los sindicatos encuentren la forma de reflotar su agenda en este escenario- y donde se escuche la voz del interior del país. </div>
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Qué diría Faustino Sánchez Carrión, uno de los padres fundadores de nuestra República, si viera el drama del momento presente: el país convertido en un botín y la política a su servicio. Un lugar donde el sueño republicano se ha convertido en una pesadilla. Pero aún, qué dirían José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre o Víctor Andrés Belaúnde: ningún proyecto político atribuible a sus ideas, más bien, lejos y hasta en contra de ellas , aparecen quienes se llaman sus seguidores. </div>
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La Constitución es el espacio cultural en el que se hace posible la realización de los derechos y libertades. Eso es lo que debemos reivindicar y esta apuesta es ciertamente liberal. Por lo tanto, el problema no se agota en dilucidar los contornos técnico – normativos del texto constitucional. El constitucionalismo debe mirar más allá de la presente coyuntura, para convocar a la reflexión crítica que permita superar el déficit de representatividad política de todas nuestras instituciones. Quizás sea el momento de pensar en una reforma de las reglas del forzado acuerdo político del 93. En este proceso los jóvenes deben estar en primer lugar, junto a todos quienes creen en la posibilidad de que nuestro país tiene futuro, siempre que la corrupción y quienes hoy la sostienen se vayan de la política. Nada de esto ocurrirá si se sigue permitiendo la hegemonía del modelo económico y los intereses que lo gobiernan. Esto es lo que la actual clase política representa y lo que desde un constitucionalismo en serio, deberíamos cambiar. </div>
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Lima, 15 de diciembre de 2017.</div>
Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-41236241072889485192015-03-11T12:31:00.000-07:002015-03-12T21:06:40.393-07:00La unión civil no matrimonial como desafío de la democracia constitucional<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b>Gorki Gonzales Mantilla</b><span class="MsoFootnoteReference" style="font-weight: bold;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-PE; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><a href="file:///D:/Users/ggonzal/Desktop/La%20uni%C3%B3n%20civil%20homosexual%20y%20la%20discriminaci%C3%B3n%20-%202.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="font-weight: bold;" title="">[1]</a></span></b></span><a href="file:///D:/Users/ggonzal/Desktop/La%20uni%C3%B3n%20civil%20homosexual%20y%20la%20discriminaci%C3%B3n%20-%202.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><!--[endif]--></a></span><o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span class="MsoFootnoteReference" style="font-weight: bold;"><span class="MsoFootnoteReference"><b><br /></b></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Las
razones de quienes se oponen al proyecto para reconocer la unión civil no
matrimonial en el Perú no son nuevas. Su principal argumento gira en torno al
carácter natural de la familia y el matrimonio. Se reitera, por cierto, que la
finalidad de éste es la procreación de la especie humana. En suma, se deja
entrever que estas consideraciones forman parte de un ideal moralmente bueno,
al que deben subordinarse los planes de vida individuales de todos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero ¿cómo se entiende la idea de lo natural y cuáles son las consecuencias que
derivan de extender su influencia, como algo determinante, al ámbito de los
derechos y las instituciones públicas?. Parece evidente que el rechazo a la
unión civil no matrimonial sobrepasa la defensa del matrimonio y la familia, y
se proyecta como un argumento que atraviesa la configuración de los derechos
fundamentales. Por ello, se abre también la pregunta sobre el sentido que
adquiere la democracia constitucional cuando los derechos que ésta garantiza se
subordinan a la existencia de ciertos valores naturales.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pues
bien, una versión fuerte de "lo natural” postula la existencia de ciertos
valores absolutos e inmutables que funcionan como preceptos sobre la moral y el
buen vivir. Un modelo de virtud que
-como ha sido dicho por Carlos S. Nino- el Estado tiene el deber de imponer porque
se asume que lo mejor para la vida de las personas o lo que satisface sus intereses,
es independiente de sus propios deseos. Así se entiende el modelo
perfeccionista y así ocurre en los Estados fundamentalistas donde los valores
religiosos funcionan como verdades absolutas que se imponen para modelar la
libertad de las personas y para hacerlas “mejores”. En estas realidades, las
libertades de conciencia, la vida familiar, la libertad de expresión, tanto
como algunas instituciones de la comunidad, como el matrimonio, están
predeterminadas por los valores naturales.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">Sin
embargo, no es difícil ver este tipo de políticas legislativas en nuestros
países. Ejemplos nítidos de ello se recuerdan en la forma como el Código Civil
de 1936 regulaba la situación de la mujer casada. Sólo es necesario citar las
siguientes reglas para comprobar que el Estado, a través del derecho, fijaba
los intereses de la mujer en el matrimonio subordinando su voluntad a la del
marido. Se decía: “el</span><span class="a"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 1pt none windowtext; font-size: 12pt; line-height: 115%; padding: 0cm;"> marido dirige</span></span><span class="apple-converted-space"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 1pt none windowtext; font-size: 12pt; line-height: 115%; padding: 0cm;"> </span></span><span class="a"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border: 1pt none windowtext; font-size: 12pt; line-height: 115%; padding: 0cm;">la sociedad conyugal. La mujer debe al marido
ayuda y consejo para la prosperidad común y tiene el derecho y el deber de
atender personalmente el hogar” (art. 161°). <span style="letter-spacing: .75pt;">Al
marido compete fijar y mudar el domicilio de la familia, así </span>corno
decidir sobre lo referente a su economía (Art. <span style="letter-spacing: .75pt;">162°)</span>. Como parece obvio, l</span></span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">a
mujer era convertida en un ser disminuido, sin voluntad, para cumplir el ideal
del matrimonio sobre el cual se debía fundar la familia. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Aunque
estos términos han cambiado en el Código civil de 1984, la sombra del
perfeccionismo moral no termina de despejarse. El artículo 24° aún mantiene un
rezago del imaginario anterior cuando dice: “La mujer tiene derecho a llevar el
apellido del marido agregado al suyo y a conservarlo mientras no contraiga
nuevo matrimonio. Cesa tal derecho en caso de divorcio o nulidad de matrimonio”.
Así, aunque debilitada la idea de pertenencia y subordinación de la mujer, todavía
se hace visible la fuerza del “antiguo régimen” y de su impronta moral. La
tendencia es aún más nítida en la norma que regula el matrimonio como “la unión
voluntariamente concertada por un varón y una mujer” (art. 234°). Esta regla no
deja la menor duda sobre el origen natural atribuido al matrimonio, en esos
términos se proyecta su imposición sobre quienes quisieran contraerlo, negando la libertad o, más bien,
restringiéndola a este modelo que se levanta como designio de valores
inmutables, como el modelo perfecto para construir la familia. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En
este contexto, se viene ensayando una variante <i>soft</i>, quizá para que la defensa de “lo natural” no parezca “fuera
de época” y resulte defendible aún hoy. Aquí se afirma que lo discutido en el
proyecto sólo entraña un problema de derechos patrimoniales o derechos legales:
brindar garantías para los bienes patrimoniales y para los derechos de las
partes en la relación; por ejemplo, <span style="color: #3f3f3f;">visitas a establecimientos penitenciarios, centros de
salud, nacionalidad, seguridad social, toma de decisiones en tratamientos
médicos o quirúrgicos, entre otros. En líneas generales, las propuestas
contrarias al proyecto sobre la unión civil no matrimonial, apuntan a que todo
podría ser resuelto con un “ajuste” legal, incidiendo en las reglas del Código
civil.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="color: #3f3f3f;"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Este enfoque del problema no puede ocultar la escasa relevancia
atribuida al derecho a decidir sobre la orientación sexual y la definición del plan
de vida. Ambas consideraciones son ubicadas en un espacio residual, distante de
toda reivindicación constitucional. Se trata de una ruta que desconoce el valor
del derecho a la igualdad como derecho fundamental en el núcleo del problema y
que desmerece, como producto de este déficit, el respeto y garantía de la
autonomía para afirmar los propios intereses y deseos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_0IBl_pP1u_teAHP42hc2qga2lTWWyDctxEanDg-zxO-EmaBkDAkmV92kFzPI9j3uMwQapcJTpjhyphenhyphenxB2qgxJwBnd_2FquQ1sRd8xwEsE9fcrk08216tqqaW1j7-xKoP4cl3VPfMq58Q/s1600/Diversidad+sexual.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_0IBl_pP1u_teAHP42hc2qga2lTWWyDctxEanDg-zxO-EmaBkDAkmV92kFzPI9j3uMwQapcJTpjhyphenhyphenxB2qgxJwBnd_2FquQ1sRd8xwEsE9fcrk08216tqqaW1j7-xKoP4cl3VPfMq58Q/s1600/Diversidad+sexual.jpg" height="114" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Es bueno recordar que el proyecto sobre la unión civil no
matrimonial defiende el derecho a la igualdad en su relación con el derecho al libre
desarrollo de la personalidad. Ambos son piezas esenciales de la estructura que
soporta el reconocimiento y la práctica de los derechos fundamentales y, por lo
tanto, son valores protegidos por la democracia constitucional. Ambos derechos pueden
debilitarse gravemente si son sometidos al designio de los valores naturales,
comprometiendo con ello el carácter racional de la democracia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El derecho al libre desarrollo de la personalidad permite
garantizar la efectiva capacidad de elegir y concretar las concepciones
personales sobre lo mejor para uno mismo y, conforme a ello, la posibilidad de
definir un plan de vida con autonomía. En esta línea de razonamiento, la
igualdad garantiza la atribución y reconocimiento de las condiciones necesarias
para el ejercicio de derechos y libertades con la única limitación proveniente
de los derechos de terceros. La igualdad exige valorar las razones que permiten
categorizar a los individuos de una forma en particular, para definir las
condiciones que deben recibir en el trato, en términos de legitimidad. La
igualdad implica necesariamente el reconocimiento de la diferencia, pues del
examen de ésta surge la garantía del derecho en forma coherente con la realidad
del sujeto. Y el reconocimiento de los derechos es precisamente lo que se busca
con el proyecto de la unión civil no matrimonial. Por eso es que no existe el
derecho a la igualdad ni el derecho al libre desarrollo de la personalidad, si el
punto de referencia para categorizar a los sujetos proviene de un modelo ideal de
valores naturales e interfiere en la autonomía del sujeto.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #3f3f3f; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En las propuestas que se oponen al proyecto de unión civil no
matrimonial, se subvalora el problema de la igualdad y se desconoce el derecho
al libre desarrollo de la personalidad. Estos no aparecen como problema de
fondo y, en el mejor de los casos, se les sitúa en un “segundo nivel” por
debajo del modelo ideal atribuido a la familia y al matrimonio. De este modo, se busca impedir toda intrusión
en el sentido “natural” de la familia, para mantener intocado el carácter también
“natural” del matrimonio. El objetivo final no pasa desapercibido: consagrar el
blindaje del “primer nivel” ideal de valores naturales en el que se ubican
ambas instituciones.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Desconocer
los derechos por razones atribuidas a la orientación sexual, peor aún si la
motivación se funda en un plan ideal de valores naturales, configura un supuesto
de discriminación. Nada nuevo entre nosotros, pues la discriminación es un reflejo
del argumento de la superioridad/inferioridad por naturaleza, que ha
justificado la exclusión y la desigualdad estructural a lo largo de nuestra
vida republicana. Esa es la ruta que siguen las ideas que defienden los detractores
de la unión civil cuando descalifican o
invisibilizan por razones “naturales” los derechos de la comunidad homosexual o, en el escenario menos
grave, cuando se les reconoce un espacio marginal del derecho para que puedan
llevar adelante sus vidas siempre que no se alteren las “instituciones
naturales”. Es como salvar el orden legal a costa de desconocer o avasallar los
derechos de las minorías.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Tampoco
es novedad en la historia de la discriminación que se diga, sumado a todo lo anterior,
que el modelo inmutable de valores que el matrimonio y la familia representan, responde
a la opinión de las mayorías. Es con en este último argumento que se pone en cuestión
el sentido de la democracia como régimen que garantiza los derechos individuales.
La consecuencia de esta idea acabaría por someter cualquier derecho fundamental
a las creencias, a los gustos o al simple arbitrio de quienes forman la mayoría en un momento determinado. Esta mayoría terminaría
por suplantar los derechos y libertades para convertirlos en nombres sin
contenido. El Estado no sostendría más su legitimidad en la obligación de
realizar los derechos y más bien encontraría justificación en la voluntad
abstracta de quien dice representar a las mayorías, el poder de turno o los
poderes fácticos. Por todo esto, el reconocimiento de la unión civil no
matrimonial es un desafío que debe contribuir al proceso histórico que la
conquista de los derechos supone y en esa dirección, al afianzamiento de la
democracia constitucional. </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///D:/Users/ggonzal/Desktop/La%20uni%C3%B3n%20civil%20homosexual%20y%20la%20discriminaci%C3%B3n%20-%202.docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-PE; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Doctor en Justicia Constitucional por la Universidad de Pisa – Italia. Profesor
Principal de Filosofía del Derecho, Teoría Constitucional y Argumentación
Jurídica de la Facultad de Derecho de la PUCP<o:p></o:p></div>
</div>
</div>
Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-74946829754297736952015-02-16T09:57:00.001-08:002015-02-16T10:06:59.526-08:00La consulta previa para repensar la teoría constitucional en el Perú [*]<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<b><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Gorki Gonzales
Mantilla<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></a></span></b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: Arial; mso-fareast-language: ES-PE;">1.<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-weight: normal;">
</span></span></b><!--[endif]--><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Presentación<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">La protección de las comunidades andinas
u originarias, casi siempre invisibles en el imaginario republicano, se
proyecta hoy como una pieza imprescindible del andamiaje constitucional. La
consulta previa es un reflejo de esta realidad que sirve como instrumento para
garantizar los derechos en los contextos de diversidad cultural, pero al mismo
tiempo implica una postura que cuestiona las bases teóricas sobre las cuales se
construye la democracia constitucional.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">El problema se identifica en el
proceso por el que ha transitado el capitalismo en las últimas décadas. Esta
historia demuestra que los esquemas de cooperación económica del hemisferio Norte
hacia nuestros países, han contado con un ambiente favorable para la inversión
y explotación de los recursos naturales, pero en contrapartida han propiciado
condiciones adversas a la vigencia del orden democrático y los derechos humanos<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a> .<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Las hegemonías económicas y
culturales así creadas, soslayaron los valores de la diversidad, no pocas veces
los avasallaron y extinguieron sus bases materiales. Sin inclinación hacia el
diálogo con los diferentes, se impusieron dinámicas de “desarrollo” que hoy son
la causa del agotamiento de las fuentes para la sobrevivencia de la humanidad.
La consulta previa es quizás el reverso de este enfoque, pues busca promover el
diálogo intercultural para legitimar los derechos y la política. Así se explica
el Convenio 169 de la OIT como antecedente de nuestra Ley N 29785.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt 35.45pt; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;">
<!--[if !supportLists]--><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: Arial; mso-fareast-language: ES-PE;">2.<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-weight: normal;">
</span></span></b><!--[endif]--><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">El “constitucionalismo”
de baja intensidad y la consulta previa como telón de fondo<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Pero un constitucionalismo de baja
intensidad estuvo siempre en la base de aquellas hegemonías. Este enfoque del
derecho constitucional marcó distancia de los acontecimientos políticos y del
conflicto social que forma parte de la propia dinámica cultural de la
Constitución. Sus principios, anclados en un discurso liberal parcial y, por
ello, débil, perdieron contacto con la historia y se hicieron vacíos: la
separación de poderes, la supremacía de la ley o la soberanía popular eran
luces tenues en medio de una bruma cada vez más densa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Las grandes coyunturas definidas en
torno a las asambleas constituyentes de 1979 y el Congreso Constituyente
Democrático de 1993, fueron sucesos políticos cuya densidad cultural no tuvo un
significado semejante en la teoría constitucional<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a>. Salvo excepciones muy
precisas<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a>, ésta fue ganada por un
espíritu normativista, reforzado por una estructura dogmática de nociones y
conceptos. Se dejaba atrás, o fuera del debate, las preguntas sobre cómo
integrar y pensar el derecho constitucional desde la realidad compleja y
diversa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt 21.3pt; text-align: justify; text-indent: -21.3pt;">
<b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">2.1 El
constitucionalismo de baja intensidad y la organización del poder político<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Corresponde a este enfoque la idea de
neutralizar el contenido político de los derechos y proponerlos como si fueran una
entelequia. A través de un razonamiento adiestrado en la tradición del positivismo
jurídico, este enfoque procuraba dar cuenta de los diseños normativos, de los
procedimientos y de las clasificaciones sin cuestionar la ausencia de
constitucionalidad en la vida pública o denunciar la debilidad institucional
para garantizar los derechos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Uno de los rasgos más importantes de
este enfoque está presente en la definición de la estructura política conforme
a la división clásica de los poderes. Se
sigue postulando la tripartición de poderes sin reparar en el proceso de
evolución cultural al que se deben las instituciones. Se afirma su carácter absoluto,
sin reconocer que el poder institucional, en la realidad, se presenta a través
de un esquema de competencias específicas que definen la acción de diversos
órganos constitucionales más allá de la tripartición misma: el Tribunal
Constitucional, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Jurado Nacional de
Elecciones o los gobiernos regionales, tienen esta cualidad y son instituciones
con “poderes específicos” así ordenados en la Constitución.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">En efecto, en el mundo contemporáneo el
Estado se presenta como un orden articulado por competencias básicas<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn5" name="_ftnref5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></a> que tiene como origen la
Constitución. La división de poderes en este escenario se manifiesta no como
tripartición subjetiva de esos poderes, sino como distribución de “competencias”
entre los distintos órganos previstos por la Constitución, que operan en un
complejo y orgánico equilibrio de concurrencias, colaboraciones recíprocas y
control.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Las instituciones públicas,
incluyendo los denominados poderes clásicos son, en rigor, competencias
previstas para desarrollar su función en forma específica y especializada:
competencias constitucionales que realizan los valores de la Constitución. Por
lo tanto, el poder político radica en la Constitución, ella es la fuente que
otorga unidad a los valores desde la diversidad y complejidad que está en su
base social y cultural. La Constitución es la única fuente de poder que otorga
legitimidad a las instituciones o poderes públicos y la teoría de la
tripartición en su modelo clásico difícilmente explica esta realidad no sólo
porque resulta parcial, pues la constriñe al catálogo de los tres poderes, sino
porque a partir de ello, se impide reconocer la importancia de las relaciones y
las consecuencias que esas relaciones producen en el conjunto del sistema
político y la vida social.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Al reconocer el poder y su relación con
los órganos constitucionales en los términos propuestos, y más allá de la
tripartición, se abre la oportunidad de comprender el sentido del <i>check and balance</i> como rasgo distintivo
del entramado institucional del Estado, para coordinar y actualizar sus funciones.
Sólo así es posible pensar en la idea de la supervisión constitucional como
cualidad inmanente al ejercicio de una democracia constitucional. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Precisamente, la ausencia de un
sistema coherente de control, sobre el quehacer de los funcionarios públicos que
ejercen cargos de alta jerarquía, responde a ese modelo de división de poderes
congelado en el tiempo. Un modelo que produce la idea de poderes autónomos y,
en esa visión formalista, de instancias desvinculadas entre sí. Incluso se
puede afirmar que el escaso compromiso con los valores democráticos y
republicanos, frecuente en la práctica parlamentaria de nuestro país, encuentra
parte de su explicación en el escenario de la cultura política de la división
de poderes: la idea del parlamento como un poder autónomo que no le debe
explicación a nadie, puede ser el espacio ideal para concretar los intereses individuales
más extremos y en donde, por ello, el control ha sido reducido a sus rasgos más
formales y televisivos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">La tesis de la división de poderes en
los términos señalados, se ha convertido también en una barrera para la
realización de los valores propios de la democracia. Un archipiélago de poderes
inconexos en medio de un ordenamiento, por tal razón, poco apto para enfrentar
en forma coordinada las exigencias sociales de la diversidad. Un conglomerado
institucional refractario a la colaboración recíproca para garantizar los bienes y
derechos constitucionales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><br />
La tesis de la división clásica de poderes produce un escenario de conflicto
con la comunidad y un esquema de tensiones con los valores constitucionales que
ella alberga. Éstos van a ser vistos con distancia, no solo por la ausencia de
representación específica de los intereses y derechos de los miembros de la
comunidad, sino porque, contradictoriamente, la propia tripartición pretende
ejercer una función hegemónica sobre los mismos, dejando en un papel secundario
a los otros órganos constitucionales. Visto así el escenario, los intereses de la comunidad no se realizan por
el Estado como conjunto y los poderes clásicos tampoco están en disposición de
representarlos.</span><span style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">La teoría de la
tripartición, conforme a lo señalado, sólo parece justificarse desde una teoría
elitista (elitismo epistémico<a href="https://www.blogger.com/null" name="148a9be19828fc56__ftnref1">[1]</a>), que
desdeña la importancia de los cambios en la estructura de las instituciones
públicas y la necesaria presencia ciudadana en el proceso político. Para esta
teoría constitucional los procesos sociales tanto como los valores culturales
que ellos arrastran consigo, no son materias que la reflexión constitucional
deba incorporar como suyas, salvo que sea desde arriba hacia abajo y en forma
unilateral. E<span style="background: yellow;">ste enfoque se proyecta como
instrumento normativo para regular en forma ciega la realidad social plural y
diversa y, por ello, se muestra incapaz de reconocerla</span>. Ese es el caso
de la consulta previa y su falta de comprensión desde la teoría constitucional.</span><span style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 9.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">2.2 El
constitucionalismo de baja intensidad y los derechos fundamentales<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">El constitucionalismo de “baja
intensidad” también afirma que los derechos y principios son la parte dogmática
de la Constitución. El significado de este punto de vista ha sido presentado
como el fundamento de la Constitución misma; sin embargo, su reflejo inmediato
se ha mostrado formal, pues los derechos que son el núcleo de la dogmática, no
dejan de comportarse, en este enfoque, como categorías conceptuales: derechos en
el papel y en su acción subordinados a las técnicas procesales o al poder de la
administración pública. La parte dogmática aparece entonces como un catálogo de
definiciones, inconmovible y resistente a las exigencias de la vida social. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Este sentido de la dogmática parece entender
que los derechos fundamentales se presentan como “inherentes” o inmanentes,
desvirtuando con ello su carácter cultural e histórico. Una dogmática que busca
“naturalizar” los derechos y produce una justificación donde predominan las
definiciones categóricas, en medio de un ordenamiento constitucional estático.
Gracias a esta estructura, la teoría de los derechos fundamentales que emerge
de este modelo se sirve de cánones interpretativos discutibles, tanto por su afinidad
con el formalismo jurídico, como por su carácter arbitrario. Esto ocurre cuando
se valora la interpretación literal de la Constitución o cuando se afirma una
perspectiva normativista como criterio para determinar la lógica del entramado
constitucional, siempre a partir de los textos, sólo que esta vez a partir del
contraste entre ellos, es decir a través del denominado método sistemático. En
ambos casos, los valores de la Constitución corren el riesgo de esfumarse del
debate constitucional. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">El carácter arbitrario en el que se han
movido los cánones interpretativos de la Constitución se hace muy visible a
propósito del denominado “contenido esencial” de los derechos como postura
desarrollada desde la Ley Fundamental de Bonn de 1949, también presente décadas
más tarde en la Constitución Española de 1978. En este escenario cultural el “contenido
esencial” surge como garantía institucional contra la arbitrariedad en el caso
concreto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Sin embargo, el Tribunal
Constitucional peruano y la teoría desarrollada por un sector importante del
constitucionalismo en nuestro medio asumió en forma acrítica esta perspectiva. En
ella, la idea de lo “esencial” podía dar cabida a cualquier cosa al entremezclarse
con referencias ilusorias, naturales e inmutables. Hasta la defensa del
carácter “natural” de las instituciones jurídicas que, en todo caso, son
producto de la cultura, como el matrimonio o el modelo de familia, han buscado
respaldo en este enfoque de los derechos<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn6" name="_ftnref6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></a>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Esta idea traía como contrapartida el
reconocimiento de un contenido no esencial y con ello se producía una fractura que
jerarquizaba en términos axiológicos, el contenido de los derechos y la propia
estructura de la Constitución. En buena cuenta, el contenido esencial
determinaba la existencia de lo exigible jurídicamente, pero también de aquello
“no esencial” que se mantendría en una zona de sombra jurídica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Así, de ser una garantía para prohibir
la arbitrariedad sobre los derechos fundamentales, como fue su origen en
Alemania, entre nosotros el contenido esencial se convirtió en un terreno
fértil para la arbitrariedad misma, sobre todo porque lo “esencial” también
podía ser invocado como realidad <i>ex ante</i>
a voluntad del intérprete. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">La adhesión a la teoría de lo “esencial”,
finalmente propiciaba un contraste definido en el contexto de la diversidad
cultural, representaba una perspectiva ciertamente unidimensional y, por ello,
contraria a la pluralidad de valores que conforman la realidad compleja a la
que se debe la Constitución. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Este enfoque terminó por relacionar la
idea del contenido esencial con el denominado “contenido constitucionalmente
protegido”, al punto de casi disolverla en él. Sin embargo, es bueno recordar
que esta última noción, introducida por el Código Procesal Constitucional, indica
el ámbito del derecho que se busca garantizar en el haz de posiciones
normativas y amparadas por el derecho constitucional “como un todo”: en otras
palabras, la posición <i>iusfundamental</i>
protegida, como ha sido llamada por Robert Alexy<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn7" name="_ftnref7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></a>, que se busca defender y que
opera como condición de procedibilidad en la demanda de amparo de un derecho
constitucional. Esta idea nada tiene que ver con el contenido esencial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Con este último episodio se ratifica
la distancia que la reflexión teórica producía sobre las demandas sociales en
materia de derechos. Sin referencia analítica ni sentido de realidad, aquella
dogmática situaría en un nivel discreto y marginal la posición de los derechos
sociales. Esa debilidad está en la base de los conflictos sociales y, es por ella,
que las tensiones no fueron encaminadas respetando los derechos sino más bien
cediendo a los poderes fácticos y al mercado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicDzFUa1K33Nm3n5NM4h5SOhKBfrSm08SduuCGucDVSZe4-j8HvEyMivQd_lp4n7S-rvepbYilmqfugscoScqTUJqhp6M_5PzgKsLJ_Tci2TcUzNeSqxrDHweqJorUxLfTgZ2VcP69gw/s1600/consulta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicDzFUa1K33Nm3n5NM4h5SOhKBfrSm08SduuCGucDVSZe4-j8HvEyMivQd_lp4n7S-rvepbYilmqfugscoScqTUJqhp6M_5PzgKsLJ_Tci2TcUzNeSqxrDHweqJorUxLfTgZ2VcP69gw/s1600/consulta.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<!--[if !supportLists]--><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: Arial; mso-fareast-language: ES-PE;">3.<span style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-weight: normal;">
</span></span></b><!--[endif]--><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">La representación
política y la consulta previa<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">El orden político y cultural gestado
desde los inicios de la república corresponde al paradigma del Estado-Nación.
Se trata de una forma de institucionalidad que enfatiza la existencia de una
única “comunidad cultural” legitimada por el Estado y es en torno a ella que se
predica la idea de nación. En esta perspectiva, el valor atribuido a la
diversidad como factor presente en las instituciones se mantiene ausente, pero si
en algún caso llegara a asomar será excluido<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn8" name="_ftnref8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></a>. Después de todo, la
visión mono-cultural del Estado convertiría en legítimas las prácticas de
dominación étnica desde la hegemonía del propio nacionalismo<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn9" name="_ftnref9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></a>. A todas luces, este orden
político sería poco apto para representar a la sociedad existente, así como
para realizar los valores de todos sus miembros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">La institucionalidad de los partidos
políticos a lo largo de casi toda la historia de la república muestra esta
marca en sus estructuras ideológicas y en sus programas políticos. Estas
organizaciones no han sabido incorporar en su quehacer los valores que
provienen de la diversidad cultural, como una dimensión importante de sus
objetivos y su práctica. Las escasas iniciativas en esta línea, visibles en los
partidos de lineamientos socialistas y social-demócratas, nunca lograron madurar
como referentes políticos significativos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">A este mismo escenario corresponde la
esquiva presencia que el factor de la diversidad cultural ha tenido en el
debate constitucional. Ha primado el desconocimiento y la indiferencia para
evitar reconocer en este punto un problema que incide seriamente en la
representatividad democrática. No cabe duda que en ello ha influido la
comprensión dogmática del principio de soberanía, entendido como capacidad de
ejercer el poder político en función de las propias coordenadas del Estado-nación
y como resultado de ello se ha producido la negativa a que éste asuma
obligaciones respecto de los derechos de las comunidades. Sin reglas que organicen
y protejan el debate en el que participen todas las voces, la soberanía carece
de significado en términos democráticos, pues sin derecho a participar y a
impugnar para disentir, parece ilusorio que se pueda ejercer el poder político
con legitimidad en una democracia constitucional<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn10" name="_ftnref10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></a>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Por todo lo dicho, la aparición de la
consulta previa presenta el signo de una reivindicación histórica para reconfigurar
las viejas articulaciones del entramado estatal. En este contexto se exige una teoría
constitucional dispuesta a valorar la diversidad cultural ya no como un residuo
pre-moderno que amenaza la estabilidad del orden político, sino más bien como
un factor central de la legitimidad sobre la que se construye la soberanía y la
democracia política.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">En consecuencia, la diversidad y su
reconocimiento se proyectan como el efecto de una tensión política y cultural
que se exterioriza, para dotar de un nuevo significado a la Constitución. Está
presente en él, la premisa que hace posible reconocer la realidad compleja y plural
y, en esa medida también, la posibilidad de reconfigurar los principios que le dan sentido
para comprender la diversidad como parte de su contenido mismo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Es aquí donde la consulta previa puede
tomar distancia, con su carga crítica —quizás implosiva—, de la práctica y la
teoría constitucional tradicional. En este punto surge un paréntesis donde la
lectura de los principios liberales en su acepción clásica, debe acudir a
nuevos referentes: los que se expresan en la supremacía de la Constitución como
máxima forma de garantía de los derechos y de las libertades, pero también como
directriz fundamental<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn11" name="_ftnref11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></a> que representa en
forma activa la pluralidad de valores del cuerpo social.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">En esta tarea propia del derecho
constitucional y de la gestión política vinculada a éste, la teoría emergente
debe ser capaz de propugnar la coexistencia fluida de la pluralidad sin que los
valores individuales —también comunales— desaparezcan<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn12" name="_ftnref12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></a>: una construcción
dialógica<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn13" name="_ftnref13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></a>,
gracias a la consulta previa, que debe impregnar el tejido social como base de
una teoría de la representación política. Este es el contenido sólido que una
teoría constitucional debería defender contra las viejas posturas del
constitucionalismo tradicional.<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn14" name="_ftnref14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Esta perspectiva constitucional no
supone el reconocimiento de soberanías que relativizan el Estado, creando
compartimientos extraños a la totalidad constitucional. La legitimidad
democrática —ciertamente contra mayoritaria— de la consulta previa, radica en
la posibilidad de que sirva como medio para que los valores morales de la
diversidad inspiren el diseño y la estructura de todo el conjunto de instituciones
públicas. La teoría constitucional, en consecuencia, debe privilegiar el hecho
en cuya virtud el poder político del Estado se revista de la pluralidad de
valores como dato fundamental de la soberanía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Es cierto que el reconocimiento de la
diversidad implica el reconocimiento de la desigual posición ocupada por los
actores involucrados en ella. Sin embargo, el procedimiento de deliberación que
la consulta previa supone, debería contribuir a repensar ese tipo de estructura
para situar a las comunidades y a sus miembros en pie de igualdad. Las
asimetrías estructurales e históricas que definen las relaciones de poder entre
las comunidades y los poderes económicos, no pueden pasar desapercibidas en este
propósito<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn15" name="_ftnref15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></a>.
En consecuencia, la participación en sí misma no es suficiente, es necesario que
las instituciones creadas para garantizar el procedimiento de la consulta, sean
idóneas para que puedan proveer justicia en las consecuencias a las que se
arribe.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Un resultado en justicia implica que
la consulta previa sirva como herramienta para realizar los valores constitucionales
presentes en las prácticas de las comunidades y se enriquezca a partir de ellas.
Este modo de entender la consulta previa puede hacer sostenible la relación
entre los derechos de las comunidades, los agentes económicos y el Estado en el
ámbito de los valores de la democracia constitucional. En otras palabras, la representación
política se legitima cuando el Estado tiene como prioridad garantizar los
derechos de los ciudadanos y las comunidades y, en función de ello, fija las políticas
públicas de desarrollo. Es en este contexto que la consulta previa adquiere un
valor instrumental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Al contrario, la representación
política se verá disminuida cuando los
proyectos de inversión para la explotación económica de los recursos
naturales se realicen a costa de impactar negativamente en los derechos de los
ciudadanos y y proteger a sus comunidades. No se debe olvidar que el déficit
que estos llevan consigo a lo largo de la historia republicana, explica las condiciones
de pobreza y desigualdad estructural que definen el presente de la mayor parte
de comunidades en nuestro país. La reivindicación de sus derechos es, por ello,
una pieza indispensable en la construcción de la representación política, siempre
que se pretenda superar aquel déficit.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">La fuerza de la consulta previa, por
ello, radica en su adscripción a la democracia desde los derechos y su
vinculación sustantiva e instrumental con la representación política. La
consulta previa es una arma para los que no reducen la Constitución a un papel
o <span style="background: white;">—como ha dicho Lawrence Sager—<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftn16" name="_ftnref16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #333333; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></a> para
los que no ven en ella un mito que los políticos invocan en forma
irreflexiva, sino más bien, para los que creen que lo trascendente de una
Constitución es lo que se hace con ella. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"><br />
<span style="background: white;"><br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<br />
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[*] También ha sido publicado en: </span></span></span></span></a><br />
<a href="http://www.osservatorioaic.it/la-consultazione-preventiva-come-strumento-per-ripensare-la-teoria-costituzionale-in-per.html" style="background-color: white; color: #1155cc; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12.8000001907349px; text-align: start; text-indent: 0px;" target="_blank">http://www.osservatorioaic.it/<wbr></wbr>la-consultazione-preventiva-<wbr></wbr>come-strumento-per-ripensare-<wbr></wbr>la-teoria-costituzionale-in-<wbr></wbr>per.html</a> </div>
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
[<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12.8000001907349px; line-height: 6px; text-indent: -7.1pt;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">1]</span></span></span></span></a><span style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.8000001907349px; line-height: 6px; text-indent: -7.1pt;"> Profesor Principal de Filosofía del
Derecho y Teoría Constitucional de la PUCP. Doctor en Derechos Fundamentales y
Justicia Constitucional por la Universidad de Pisa, Magíster en Derecho por la
PUCP.</span></div>
</div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: EN-US;"> </span><span lang="EN-US" style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: EN-US; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">CHOMSKY, Noam and Edward Herman. <i>The Political Economy of Human Rigths</i>.
Vol I: The Washington Connection and Third World Facism, Boston:
South End Press. </span><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">Citado por Boaventura de Sousa Santos. </span><i><span style="font-family: "Arial","sans-serif";">La
globalización del derecho. Los nuevos caminos de la regulación y la
emancipación.</span></i><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> Bogotá:
Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional
de Colombia, Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos, ILSA,
</span><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">p.
191.</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn3">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> Al respecto, se pueden citar las
palabras del profesor Domingo García Belaunde, en una reciente entrevista,
donde afirma que: “(…) en el Perú no tenemos tradición de literatura
constitucional”. En: “Domingo García Belaunde. Pionero y padre del Derecho
Constitucional peruano”. Entrevista en la <i>Revista
La Ley</i>. Número cero, 2014, p. 33.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn4">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> El libro <i>Perú: Constitución y Sociedad Política</i>, de los profesores Enrique
Bernales y Marcial Rubio, estudia la Constitución de 1979 en forma orgánica y que
grafica esta excepción a la dogmática tradicional en forma clara. Desde los lineamientos teórico-metodológicos
anticipados por los autores, se advierte que: “(…) la Constitución tiene como
sello particular el ser mandato jurídico formal e imperativo, y por tanto
inherente a las funciones tuitivas y coactivas del Estado. Pero al mismo tiempo
y revestida por lo jurídico, la Constitución tiene una naturaleza política y en
su contenido se expresan grados y niveles de articulación política entre las
clases y sectores sociales. Más allá de los acuerdos, concesiones y consensos
que en cada constituyente permiten la dación de la Constitución, ésta se
orienta en función de intereses políticamente dominantes, cuidando de
presentarlos como intereses generales de la sociedad en su conjunto”. Por esa
razón, agregan Bernales y Rubio, el estudio propuesto “(…) supera los análisis
juridicistas (sic) y exegéticos tan comunes en nuestro medio, para asumir una
perspectiva que incorpora los aspectos históricos, políticos y jurídicos que
son los que permiten comprender las bases materiales sobre las que se funda la
Constitución” En <i>Perú: Constitución y
Sociedad Política</i>. Lima: DESCO Centro de Estudios y Promoción del
Desarrollo, 1981, p. 57.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn5">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref5" name="_ftn5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> Véase SILVESTRI, Gaetano. <i>Giustizia e giudici nel sistema
costituzionale</i>. Torino: Giapichelli Editore, 1997, p.20-21.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn6">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref6" name="_ftn6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> Sin embargo, como ha dicho Ackerman: “Los
derechos no son una clase de cosas que crecen en los árboles susceptibles de
ser recogidos, cuando estén maduros, por una mano invisible”. Los derechos
tienen un carácter cultural y por ello, “El único contexto en el cual una
reclamación basada en derechos tiene sentido es cuando una persona anticipa la
posibilidad de conversación con algún competidor potencial”. Véase: ACKERMAN, Bruce.
<i>La justicia social en el Estado Liberal</i>.
Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1983, p. 38.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn7">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref7" name="_ftn7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> El profesor Robert Alexy ha dicho al
respecto: “quien habla de un derecho fundamental, por ejemplo, a la vida o a la
libertad de opinión, se refiere por lo general, no sólo a posiciones
individuales sino al derecho fundamental como un todo”. Y este implica “(…) un
haz de posiciones individuales iusfundamentales. Queda abierta la cuestión de
saber qué es lo que reúne las distintas
posiciones individuales iusfundamentales en un derecho fundamental. (…) la
respuesta más simple reza: su adscripción a una disposición de derecho
fundamental. A las posiciones jurídicas corresponden siempre normas que las
confieren”. En términos más concretos, Alexy, precisa que “(…) el titular de un
derecho fundamental deberá tener un derecho a las acciones del Estado que <i>son indispensables para la protección de su
ámbito de libertad asegurado por disposiciones iusfundamentales </i>, es decir,
son necesarias. Mejor no puede expresarse que se trata aquí de la protección
subjetiva positiva de una libertad” En: ALEXY, Robert. <i>Teoría de los derechos fundamentales</i>. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales, 2002, p. 241-242.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn8">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref8" name="_ftn8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> Como recuerda Brooke Larson, las
reformas legales que formalmente atribuyen derechos a los indígenas, sobre todo
a partir de la promulgación del Código Civil de 1852 con la declaración de la
igualdad ante la ley y la supresión del tributo indígena por decisión del
presidente Ramón Castilla en 1854, sin embargo, les quitará su derecho
tradicional a una existencia colectiva, esto es, a la “comunidad”. Con el tiempo, el nuevo estatus del indio
tampoco sería concretado y, con ello, se acentuaría la brecha de desigualdad y
exclusión bajo el auspicio del Estado-Nación. Véase: LARSON, Brooke. <i>Indígenas, Élites y Estado en las formas de
las Repúblicas Andinas 1850 - 1910</i>. Lima: Pontificia Universidad Católica
del Perú – Instituto de Estudios Peruanos, 2002, p. 105.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn9">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref9" name="_ftn9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> DE SOUSA SANTOS, Boaventura. Op. cit.,
1998, p. 156.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<br /></div>
</div>
<div id="ftn10">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref10" name="_ftn10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> Véase: HOLMES, Stephen. “El
precompromiso y la paradoja de la democracia”.
En: <i>Constitucionalismo y
democracia</i>. (Jon Elster y Rune Slagstad). México: Fondo de Cultura
Económica, 2001, p. 217.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn11">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref11" name="_ftn11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> </span><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">FIORAVANTI, Maurizio. <i>Appunti di
storia delle costittuzione moderne. Le libertà fondamentali</i>. Torino:
G. Giappichelli Editore, 1995, 174.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn12">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref12" name="_ftn12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> </span><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">ZAGREBELSKY, Gustavo. <i>Il diritto mite</i>.
Torino: Einaudi editore, 1992, p. 17.</span><span lang="ES" style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;"> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn13">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref13" name="_ftn13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> DE SOUSA SANTOS, Boaventura. Op. Cit.,
p. 213. Advierte el profesor De Sousa, que una estrategia dialógica permite
reconstruir interculturalmente el sentido de los derechos humanos y convertirlo
en uno de los factores más poderosos para la crítica y la deconstrucción del
derecho y la política modernos, generando energías emancipadoras para enfrentar
los retos de los tiempos futuros. Entre ellos, ciertamente, la crítica y
desvinculación del binomio Derecho-Estado y la reunión de la pareja
derecho-comunidad política.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn14">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref14" name="_ftn14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> </span><span lang="ES" style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">ZAGREBELSKY,
Gustavo. Op. Cit., p. 17</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn15">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref15" name="_ftn15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> Estas asimetrías han sido también el
punto de referencia de las relaciones institucionales y en los patrones que
rigen el ordenamiento social en el Perú. Forman parte de un proceso político
desprovisto de consensos reales, que alberga intereses contrapuestos en las
distintas esferas de la vida social y cultural, a través de un marco
institucional impuesto en forma arbitraria a las mayorías del país desde los
orígenes de la república. Véase: GONZALES MANTILLA, Gorki. <i>Pluralidad Cultural, Conflicto Armado y Derecho en el Perú (1980 –
1993)</i>, Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, 2000, p. 25<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn16">
<div class="MsoFootnoteText" style="margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 7.1pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: -7.1pt;">
<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Downloads/TEORIA%20CONSTITUCIONAL%20Y%20CONSULTA%20PREVIA.docx#_ftnref16" name="_ftn16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"> </span><span lang="ES" style="background: white; color: #333333; font-family: "Arial","sans-serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-PE;">SAGER,
Lawrence. <i>Juez y democracia</i>. Madrid: Marcial Pons, 2007, p. 31.</span><span style="font-family: "Arial","sans-serif";"><o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-20906444546279940282014-10-17T12:47:00.001-07:002014-10-19T21:30:19.216-07:00GLOBALIZACIÓN, JUSTICIA Y DESIGUALDAD<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">GLOBALIZACIÓN, JUSTICIA Y
DESIGUALDAD<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: right;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Gorki Gonzales Mantilla<a href="file:///C:/Users/Gorki/Desktop/MAESTR%C3%8DA%20GLOBALIZACION%20EXTERNADO/Globalizaci%C3%B3n%20y%20desigualdad.doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span lang="ES-TRAD">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">PRESENTACIÓN<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">El
complejo y quizás paradójico impacto que la globalización produce sobre la
justicia como valor constitutivo de las democracias constitucionales, es la
razón que justifica el desarrollo del presente trabajo. En el fondo del
problema, la globalización aparece como
un fenómeno cuya expansión se produce en un contexto de evidente desigualdad
social cuya mayor incidencia se abre paso en las comunidades pobres. Esta realidad
se agrava por la ausencia o debilidad de las políticas estatales orientadas por
las dinámicas globalizadoras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Lo
que puede estar en el fondo del problema de la globalización –como ha sido
dicho por Amartya Sen- es la presencia evidente de la desigualdad global. Este
hecho revela la importancia que adquiere la preocupación sobre la justicia
social y el valor de crear condiciones de igualdad para alcanzarla como parte
de las políticas públicas. Se trata de una cuestión que plantea un reto a las
dinámicas globalizadoras y que ubica en un lugar prevalente a los Estados y sus
gobiernos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">1. Globalización y justicia:
desencuentros y desencantos <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Es
verdad que el capitalismo globalizado se advierte mucho más interesado en
expandir los mercados que en establecer la democracia o mejorar las condiciones
de ésta, ampliando y mejorando la educación pública o las oportunidades
sociales de los desfavorecidos<a href="file:///C:/Users/Gorki/Desktop/MAESTR%C3%8DA%20GLOBALIZACION%20EXTERNADO/Globalizaci%C3%B3n%20y%20desigualdad.doc#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a>,
pero al mismo tiempo es verdad que los gobiernos nacionales, por acción u
omisión, son abiertamente responsables de las causas de desigualdad visibles en
las cifras de la pobreza en el Perú y en el resto de países de América Latina,
por ejemplo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 150%;">Los
tipos de acuerdos políticos o la ausencia de los mismos, pueden facilitar la
expansión de los intereses del capital por encima de los derechos y la
justicia. En estos supuestos, ciertas dinámicas globales pueden servir para
agravar las condiciones locales de pobreza y exclusión. Los conflictos socio-ambientales
en contextos de diversidad cultural, suelen ser la evidencia más fuerte de
esto. En el Perú los sucesos de Bagua del 5 de junio del 2009, son sólo una pequeña muestra de cómo se
ha tratado este tipo de problemas en nuestro país. En aquella ocasión, el Estado volvió a mostrar su desinterés
por los derechos de las comunidades amazónicas con la promulgación de una serie de decretos legislativos del 2008 cuyo objeto, en el marco de la implementación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, era favorecer la explotación de recursos petroleros, minerales y otros. Así, se reeditó un escenario ya conocido: las empresas transnacionales beneficiadas y los miembros de las comunidades invisibles para para las políticas estatales.</span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 150%;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 150%;">El rechazo de las comunidades frente a estas decisiones fue claro desde el principio,</span></span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;"> pues además de
lesivas a sus intereses, se habían producido sin consulta previa, conforme lo previsto por el Convenio 169 de la OIT. Las críticas no fueron
asimiladas por el gobierno de turno, por el contrario<a href="file:///C:/Users/Gorki/Desktop/MAESTR%C3%8DA%20GLOBALIZACION%20EXTERNADO/Globalizaci%C3%B3n%20y%20desigualdad.doc#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: black;">[3]</span></span></span></a>, y así se llegó al 5 de junio del año 2009, cuando se produjo
una violenta confrontación entre miembr</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 150%;">os de las comunidades y la policía, en la zona denominada
“Curva del Diablo”. El resultado final fueron 33 muertos (10 civiles y 23
policías), un oficial de la policía desaparecido, 200 personas heridas (82 por
armas de fuego) y cuantiosos daños materiales. Estos hechos se llevaron a cabo
como parte del desalojo de aproximadamente 5.000 nativos<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Aguarunas" title="Aguarunas"><span style="color: windowtext; text-decoration: none; text-underline: none;">aguarunas</span></a>,
huambishas y otros grupos étnicos amazónicos, junto con muchos pobladores de
las ciudades cercanas que se encontraban bloqueando la
carretera <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Bela%C3%BAnde_Terry" title="Fernando Belaúnde Terry"><span style="color: windowtext; text-decoration: none; text-underline: none;">Fernando Belaúnde Terry</span></a><span class="apple-converted-space"> </span>por 55 días y que había dejado
desabastecidas de combustible, gas y alimentos a las regiones d<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Departamento_de_Amazonas_(Per%C3%BA)" title="Departamento de Amazonas (Perú)"><span style="color: windowtext; text-decoration: none; text-underline: none;">e Amazonas</span></a>, <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Departamento_de_Cajamarca" title="Departamento de Cajamarca"><span style="color: windowtext; text-decoration: none; text-underline: none;">Cajamarca</span></a>,<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Departamento_de_San_Mart%C3%ADn" title="Departamento de San Martín"><span style="color: windowtext; text-decoration: none; text-underline: none;">San Martín</span></a><span class="apple-converted-space"> </span>y<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Departamento_de_Loreto" title="Departamento de Loreto"><span style="color: windowtext; text-decoration: none; text-underline: none;">Loreto</span></a>.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyp-AqD9LBDiCw5EIfK9c5oLxYTzdR_Sg3ZZyHyaI_RNKCW66KRj9UPCVKqj0tgBNgtn2XzpNA_Qk8PoaANy-_h3_8ZnrB6e9_T3bXreKtRt_8kZfz0ZDa2Bww1NRhwntMA0obkTlFXQ/s1600/globalizacion-y-desigualdad+-+imagen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyp-AqD9LBDiCw5EIfK9c5oLxYTzdR_Sg3ZZyHyaI_RNKCW66KRj9UPCVKqj0tgBNgtn2XzpNA_Qk8PoaANy-_h3_8ZnrB6e9_T3bXreKtRt_8kZfz0ZDa2Bww1NRhwntMA0obkTlFXQ/s1600/globalizacion-y-desigualdad+-+imagen.jpg" height="320" width="263" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Al día siguiente de ocurridos estos hechos, el Congreso promulgó la Ley No. 29376 para suspender las normas en cuestión: el Decreto Legislativo No.1090 (Ley forestal y de fauna silvestre) y el Decreto No.1064
(régimen jurídico para el aprovechamiento de las tierras de uso agrario). Luego
los derogó por haber sido promulgados sin haber consultado previamente a las
comunidades. Finalmente y como resultado de este mismo contexto, el Presidente
del Gabinete de Ministros Yehude Simon, presentó su renuncia al cargo. Es como si las cosas se hubieran hecho al revés, precisamente por la ausencia o negación del diálogo desde el propio Estado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">La ausencia del diálogo puede incidir en el discurso sobre la
pobreza y la exclusión, usados como punto de referencia por quienes rechazan la
globalización, tanto como por quienes la auspician como un todo. Desde ambas
posturas se defienden cosas opuestas teniendo como punto de atención el mismo problema. Como advierte Sen<a href="file:///C:/Users/Gorki/Desktop/MAESTR%C3%8DA%20GLOBALIZACION%20EXTERNADO/Globalizaci%C3%B3n%20y%20desigualdad.doc#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a>,
los que la rechazan dirán que los ricos del mundo se están volviendo más ricos
y los pobres más pobres. Por su parte, los que la respaldan dirán que los
pobres del mundo están menos pobres, debido a que participan de la economía
global.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Desde
esa perspectiva, sin embargo el problema parece estar mal enfocado. En todo
caso, la necesidad de establecer postulados no exhaustivos sobre la relación
entre la globalización y el desarrollo parece ser una precondición racional
para entender el papel de la globalización misma y aprovechar su incidencia en
el desarrollo humano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">De
otro lado, pretender que las cosas son buenas o malas <i>per se</i> anula el debate y
hace inviable discernir sobre los ajustes para mejorar las diferentes políticas
a través de las cuales se expresa la globalización. El primer desencuentro de esta
forma de ver las cosas es este: no hay justicia sin acuerdos básicos sobre la
misma y sobre la preeminencia que ella debe tener para construir las vigas del
desarrollo en un mundo globalizado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Cuando
las políticas gubernamentales se entrelazan con los intereses de las grandes
corporaciones y se construyen definiciones legales de alcance para estabilizar el desarrollo comercial a través
de los Tratados de Libre Comercio, la pregunta sobre la justicia en la
distribución de cargas y beneficios que corresponden a los productores locales
en general, no puede ser menospreciada, evadida o siquiera aligerada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Las
expectativas de los más débiles en la globalización económica se frustran
cuando ésta sólo funciona como una especie de hegemonía actualizada de los más
fuertes. Después de todo, lo que está en juego en este caso, son los derechos y
la posibilidad de que éstos incidan en el desarrollo humano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">El
desencanto que emerge de esta realidad puede convertirse en un argumento para
preservar las tesis que absolutizan el relativismo cultural y lo convierten en
un reclamo que puede abanderar prácticas autoritarias, antidemocráticas y
contrarias a los derechos de quienes supuestamente se ven afectados con la
globalización.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">2. Corrupción, injusticia e impunidad:
la globalización como telón de fondo<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">La
desigualdad global como factor presente en la globalización misma se entreteje
con las instituciones de los Estados y es una de las causas de la corrupción, de
la injusticia y la impunidad. No es exagerado sostener que estos rasgos definen
en gran medida la vida de los países como el nuestro, pero ello no significa
que sean consustanciales a la globalización.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">En
todo caso, la globalización contribuye al desarrollo de estos fenómenos,
especialmente cuando los gobiernos llevan a cabo sus políticas sin compromiso
con los intereses ciudadanos. La globalización en estos casos se conecta a los
intereses particulares que se busca privilegiar y contribuye a profundizar las
desigualdades y a ampliar los espacios de exclusión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Las
desigualdades estructurales no se superan con las oportunidades de la
globalización, sin compromisos internos desde la política y la acción
gubernamental. De lo contrario, las dinámicas globalizadoras pueden servir
para agravar estas condiciones: ese
puede ser el caso de la explotación de los recursos naturales como el petróleo
o el gas en el Perú, cuyo modelo no satisface los intereses de las poblaciones locales
que deberían verse beneficiadas y, por el contrario, se ven perjudicadas. La
injusticia que marca este proceso podría ser el foco de reclamos sociales que
en alguna versión maximalista se vería identificada con el rechazo de la
globalización como un todo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">La
corrupción encuentra también una oportunidad estratégica gracias a la
globalización, debido a las grietas presentes en la institucionalidad de las
democracias de nuestros países. El narcotráfico es una muestra de ello, pues la
ineficacia de las políticas de interdicción y erradicación de los sembríos
ilegales de coca se vincula a una mezcla de deficientes enfoques y políticas locales
en el marco de presiones globales. Éstas políticas pierden legitimidad debido a
que los valores que se pretenden defender no sólo no están internalizados en
las autoridades que deben tutelarlos -se explica así la corrupción- sino que,
además, no exhiben vínculo razonable ni alternativa a los intereses de los
agricultores que se dedican a esta actividad económica. La corrupción es casi
un resultado inevitable de este proceso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">La
intensificación de las relaciones comerciales globales crea oportunidades para
la corrupción, al margen de si las actividades comerciales son o no ilícitas.
La ilicitud se configura en la indefinición moral que moviliza el sentido de la
política local. Cuando un ex Presidente del Consejo de Ministros de nuestro
país se reunió con el responsable de una red transnacional de negocios en la
suite de un hotel y más tarde es acusado con imputaciones que tienen que ver
con tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito, lo que está en entredicho
es la moral del funcionario antes que el sentido de la globalización. Sin
embargo, también es verdad que este resultado se integra a los procesos a
través de los cuales se movilizan las dinámicas globalizadoras de la economía.
Pero es la posición local la que facilita la corrupción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Parece
indiscutible que la corrupción y la ausencia de justicia redistributiva se
definan luego en un escenario de impunidad. Las fallas del sistema legal y la
debilidad institucional incorporan esta variable como instrumento de los
intereses particulares que se busca beneficiar.
Sin embargo, la tolerancia que frente a estas anomalías presenta la
política local también forma parte de un juego creado por los intereses
transnacionales, como ha sido advertido por Maggie Sumner. Por ejemplo, la
impunidad que enmascara a los responsables de los daños producidos por la
explotación irracional de los recursos naturales alcanza a una larga cadena de
actores que se inicia en nuestros países pero que usualmente concluye en los
países del norte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">La
corrupción, la injusticia y la impunidad al margen de los procesos de
globalización corresponden a modelos políticos que los viabilizan. Y no sólo se
distinguen las dictaduras en este propósito. En los últimos años la política nacional,
parece estar conducida por partidos o agrupaciones que definen su acción por
intereses privados antes que por ideologías o programas políticos orientados
por intereses públicos. En este contexto se explican nuevamente las
vinculaciones de ex ministros, candidatos, funcionarios públicos, militantes de
partidos, etc., con graves actos de corrupción. Esta forma de hacer política se
muestra como una herramienta de eficaz inserción en el mercado de lo ilícito y
este es el extremo que se aprovecha de las ventajas provenientes de la globalización,
aunque no sea el que defina el sentido de la globalización como tal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">3. Reflexión final: los retos o
tareas pendientes<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Es
verdad que la globalización debe sus orígenes recientes a la idea de abrir las
oportunidades de la economía de mercado en el mundo. Ello no significa, sin
embargo, que deba diluirse en ese propósito. La experiencia de todos estos años
demuestra que los desencuentros, desencantos y crisis que el proceso
globalizador ha provocado en las comunidades la han rodeado de críticas, escepticismo y pérdida de legitimidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">La
tarea pendiente de la globalización puede orientarse a optimizar las oportunidades que ésta brinda para emancipar
los derechos y libertades de las personas y las comunidades. Aprovechar las
potencialidades que se derivan de ella para instalar la preocupación global por
la pobreza, la desigualdad y la exclusión. A esta finalidad deberían concurrir
todos los esfuerzos que discurren hoy en el andamiaje original de los procesos
de globalización. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; line-height: 150%;">Se
trata de una tarea de dimensiones que compromete esfuerzos múltiples. El
desarrollo de una ética cosmopolita vertebrada en torno a la dignidad humana y las
políticas públicas transnacionales y nacionales que la concreten.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<br />
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br clear="all" /></span>
<br />
<br />
<br />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<br />
<br />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/Gorki/Desktop/MAESTR%C3%8DA%20GLOBALIZACION%20EXTERNADO/Globalizaci%C3%B3n%20y%20desigualdad.doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></a> Doctor
en Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales por la Universidad de Pisa.
Profesor Principal de Filosofía del Derecho y Teoría Constitucional de la PUCP.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><br /></span></div>
</div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/Gorki/Desktop/MAESTR%C3%8DA%20GLOBALIZACION%20EXTERNADO/Globalizaci%C3%B3n%20y%20desigualdad.doc#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference">[2]</span><!--[endif]--></span></a><span lang="EN-US"> SEN, Amartya. </span><i><span lang="ES-TRAD">Indetidad y violencia. La ilusión del destino</span></i><span lang="ES-TRAD">. Buenos Aires: Katz Editores,
2007, p. 187.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn3">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/Gorki/Desktop/MAESTR%C3%8DA%20GLOBALIZACION%20EXTERNADO/Globalizaci%C3%B3n%20y%20desigualdad.doc#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference">[3]</span><!--[endif]--></span></a> Aún
se recuerdan las expresiones del Presidente Alan García Pérez: “<em><span style="background: white; font-style: normal; mso-bidi-font-style: italic;">Ya está
bueno, estas personas</span></em><span class="apple-converted-space"><i><span style="background: white;"> </span></i></span><i> </i><em><u><span style="background: white; font-style: normal; mso-bidi-font-style: italic;">no tienen corona, no son ciudadanos de primera clase</span></u></em><span class="apple-converted-space"><i><span style="background: white;"> </span></i></span><em><span style="background: white; font-style: normal; mso-bidi-font-style: italic;">que
puedan decirnos 400 mil nativos a 28 millones de peruanos tú no tienes derecho
de venir por aquí, de ninguna manera, eso es un error gravísimo y quien piense
de esa manera quiere llevarnos a la irracionalidad y al retroceso primitivo”. http://www.larepublica.pe/03-07-2011/conozca-las-patinadas-verbales-de-alan-garcia.</span></em><span style="background: white;">.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn4">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference">[4]</span><!--[endif]--></span> </span><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;">SEN, Amartya. Op. Cit.,
p. 179.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-86620057723630786692013-04-03T18:52:00.000-07:002013-04-03T18:52:40.829-07:00El déficit del liderazgo para reformar el sistema judicial en democracia<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El déficit del liderazgo para reformar el
sistema judicial en democracia<o:p></o:p></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<b><span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Gorki Gonzales Mantilla</span></b><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-PE" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;"><a href="file:///F:/PROYECTOS%20-%20PCM/Liderazgo%20en%20Poder%20Judicial%20-%20final%20(2).docx#_ftn1" name="_ftnref1" title="">[1]</a></span></span><a href="file:///F:/PROYECTOS%20-%20PCM/Liderazgo%20en%20Poder%20Judicial%20-%20final%20(2).docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><!--[endif]--></a></span></span><b><span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Casi dos siglos de existencia del Poder Judicial no han servido
para sentar las bases de una institución fortalecida por sus propias decisiones
y legitimada socialmente. Desde sus orígenes republicanos el Poder Judicial se
ha visto sobrepasado por la injerencia del poder político</span><span lang="ES-PE" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">,
sin capacidad para generar una cultura institucional dispuesta a incidir en los
derechos individuales.<span style="color: #222222;"> Las sentencias del poder
judicial, entre las cuales se identifica gloriosamente la del juez Malzón
Urbina, difícilmente han contribuido a mejorar las instituciones ciudadanas y
libertades públicas. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="color: #222222;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Esta imagen está asociada a un déficit en el liderazgo para
conducir el gobierno judicial: la escasa capacidad para comprometer a la
función judicial con los derechos y demandas ciudadanas, ha sido visible también
en la ausencia de voluntad de los gobiernos judiciales por producir cambios en
su propia estructura orgánica. El formalismo de la cultura judicial ha servido
como instrumento de evasión frente a las exigencias de trasformación del
sistema y pretexto para propiciar reformas de papel o quizás amagues de cambios
sin resultado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El liderazgo para el cambio ha estado ocasionalmente vinculado a
las estrategias autoritarias y dictatoriales de intervención en el sistema
judicial. Con Velasco Alvarado o más recientemente, gracias las reformas
inventadas del fujmorismo, se pudo mostrar la instrumentalización del sistema,
para lo cual se crearon liderazgos <i>ad hoc</i>.
Estos procesos y sus líderes fueron, paradójicamente, impulsores de medidas intervencionistas
y profundamente conservadoras, pues no otra cosa se puede decir de aquellas
políticas que avasallaron la independencia para manipular las decisiones
judiciales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNoTwsgm4zEPQTEQEsMN2SZoqwpwggsPoe0pe3QN9-722czNMLxWTjJtfpcH5DlhOppnIsJIv_cRWUZSYfWUjnqB2a86q8bRhsIPEG_w1IqTTGkX_xnufVj4801hV324mUDdh1FjF_LQ/s1600/justicia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNoTwsgm4zEPQTEQEsMN2SZoqwpwggsPoe0pe3QN9-722czNMLxWTjJtfpcH5DlhOppnIsJIv_cRWUZSYfWUjnqB2a86q8bRhsIPEG_w1IqTTGkX_xnufVj4801hV324mUDdh1FjF_LQ/s320/justicia.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El liderazgo para influir en el cambio del sistema judicial está
sobre todo en la cultura de los jueces. Su responsabilidad en el gobierno
judicial alude a un aspecto estructural, pues deciden sobre los recursos
económicos, sobre las políticas internas para los empleados administrativos,
sobre las estrategias para optimizar la gestión de los expedientes judiciales y
sobre la política de formación y capacitación de los propios magistrados. Por
lo tanto, si los jueces no toman en serio la necesidad de cambiar las prácticas
institucionales para superar el formalismo, enfrentar la corrupción y hacer más
eficiente el desempeño institucional, de poco o nada servirán los proyectos de
reformas o modernización emprendidos con dineros públicos, de la cooperación o con
los préstamos de organismos como el Banco Mundial. El liderazgo de los jueces
implica compromiso con el cambio cultural en toda su extensión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Luego de la caída del fujimorato e iniciado el proceso de
reconstrucción democrática, la emergencia de iniciativas como la CERIAJUS, que
produjo un Informe integral para reformar el sistema de justicia en el 2004,
propició ciertas expectativas y algún interés académico, pero el efecto
instrumental de sus recomendaciones fue adelgazado hasta perder vitalidad y
hacerse lejano. Al final, sólo se aplicaron algunas medidas, una parte apenas
pasó el filtro del Congreso y la otra se quedó en los escritorios de los jueces
supremos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los escasos 10 años, transcurridos desde que se inicia el
proceso de restauración de la democracia, son también el escenario de
liderazgos poco convincentes, con alguna marginal excepción. Los presidentes del Poder
Judicial, más allá de la CERIAJUS, no han evitado mantener al sistema judicial
en la inmovilidad y para ello, han tenido que maquillar los gestos de una
burocracia judicial definida en sus prácticas por un imaginario propio del
siglo XIX. Los ajustes introducidos, lejanamente emparentados con la idea de
una gestión pública moderna, se pierden en la ausencia de planificación
institucional o en la deficitaria capacidad de ejecución del presupuesto. Se
trata, por ello, de un sistema refractario a la idea del control del desempeño,
en tanto servicio público, y contaminado por la cultura de lo inevitable, que
administra la crisis y cada cierto tiempo la recrea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="color: #222222; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El nuevo Presidente del Poder Judicial no debería mirar de
perfil esta realidad y para enfrentarla deberá asumir el liderazgo histórico que
el país reclama. Deberá sentar las bases de una nueva cultura judicial y
emprender los cambios que ya son lugares comunes, empezando por la gestión del
despacho de la Corte Suprema.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="file:///F:/PROYECTOS%20-%20PCM/Liderazgo%20en%20Poder%20Judicial%20-%20final%20(2).docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-PE" style="font-family: "Calibri","sans-serif"; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-PE" style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-PE"> </span>Profesor Principal de
Filosofía del Derecho y Director de la Maestría en Derecho con mención en Política
Jurisdiccional de la PUCP.<o:p></o:p></div>
</div>
</div>
Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-78391835843138903732013-02-15T12:45:00.001-08:002013-02-15T13:40:42.463-08:00Ronald Dworkin: la teoría y la espada de los derechos<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ronald Dworkin: la teoría
y la espada de los derechos <o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0pt; text-align: right;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0pt; text-align: right;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0pt; text-align: right;">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Gorki Gonzales Mantilla<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0pt; text-align: right;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Profesor de Filosofía del Derecho de la PUCP<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ronald Dworkin, uno de los filósofos del derecho de mayor
trascendencia de las últimas décadas, ha dejado de existir el día de ayer en
Londres a los 81 años. La cultura legal más reciente le debe mucho a su obra.
Esta refleja el despliegue de una teoría de envergadura monumental, sostenida
gracias a su pluma inyectada de una mezcla poderosa de lucidez extrema, acerada
crítica y desafiantes argumentos para la definición del derecho en su vínculo con
la justicia. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-size: 12pt;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-size: 12pt;">La crítica al positivismo jurídico fue un punto de
referencia sustantivo en su edificación conceptual. En <i>L</i></span><i><span style="font-size: 12pt;">os derechos en serio</span></i><span style="font-size: 12pt;">, cuya edición en
inglés data de 1977, aparece el brillo de su pensamiento para deshilvanar la idea
del derecho concebida por Hart, su predecesor en la cátedra de Oxford. Dworkin rescata
la necesaria relación entre el derecho y la moral, como perspectiva desde la
cual es posible explicar el sentido de lo jurídico, por encima de las normas
escritas producto de la voluntad del legislador. El derecho se proyecta como la
expresión de una teoría que debe ser capaz de explicar la práctica jurídica y
constitucional. </span></span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt;">Una teoría apta para justificar e institucionalizar el sentido
de la moral y la política en lo jurídico, como perspectiva luminosa que despeja
el sombrío panorama hegemonizado por el positivismo jurídico.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La visión de lo
jurídico que Dworkin ha propuesto está comprometida con una teoría de la
democracia liberal, de tipo contramayoritario, que se advierte legítima en tanto
sirve para garantizar los derechos, pues éstos constituyen triunfos frente a la
mayoría. Él mismo dirá que lo más relevante en la comprensión del derecho: “incluso
en un análisis de los derechos tan desmitologizado como el que estoy haciendo,
consiste en que un individuo tenga derecho a ser protegido contra la mayoría,
incluso al precio del interés general”<a href="file:///C:/Users/ggonzales/Desktop/CV%20-%20GG/La%20pluma%20y%20la%20lanza%20para%20la%20justicia%20-%20final.docx" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">[1]</span></span></span></a>. La imagen del juez surge entonces con nitidez, como actor
decisivo para completar este postulado esencial de la teoría de la democracia
reivindicado por Dworkin.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaThEWG_aHIlc1jRyGXUw0Z4XpreG6chgP1lTxhu4l0lnbdbcq7ebwi-FGSnAATcJ3_MlrHk6SWfiRRx095a6HNuAO090ra4NUHKNkUpY3HDpWW6pEdYk8-_nxc_RPqKsfW9JYHlMYWA/s1600/dworkin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaThEWG_aHIlc1jRyGXUw0Z4XpreG6chgP1lTxhu4l0lnbdbcq7ebwi-FGSnAATcJ3_MlrHk6SWfiRRx095a6HNuAO090ra4NUHKNkUpY3HDpWW6pEdYk8-_nxc_RPqKsfW9JYHlMYWA/s320/dworkin.jpg" width="197" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0pt;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt;">Esta idea del derecho –en la que se sitúan los jueces-,
por su configuración, va más allá de las reglas que ordenan o prohíben, y se
abre a los valores que sostienen la práctica constitucional. Para Dworkin, el
ordenamiento jurídico reconoce normas identificadas por su origen y normas
reconocidas por el peso de las razones que las sostienen: estos son los
principios. A los jueces les toca la responsabilidad de actuar los complejos
contenidos representados por este concepto de derecho.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La fuerza teórica de Dworkin se ha proyectado en Latinoamérica
y en nuestro país, al margen de cualquier crítica, para repensar y oxigenar el
debate sobre el derecho. La hegemonía del positivismo jurídico y de las
versiones debilitadas de éste, como el formalismo, han impedido que la teoría
legal se plantee como problemas la relación del derecho con la moral, la
igualdad y la justicia. Este asunto no ha formado parte de las prioridades de
la reflexión jurídica ni de la educación legal. La propuesta de Dworkin ha
permitido abrir esta cerrazón. Y sus ideas se leen hoy, con más o menos
incidencia en los programas académicos y en el imaginario de los juristas y jueces.
La Corte Constitucional de Colombia es un ejemplo importante en este extremo.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Dworkin, polemista agudo y brillante, levantó su teoría contra
el utilitarismo y las posturas conservadoras que adelgazaban o naturalizaban el
sentido de los derechos <a href="file:///C:/Users/ggonzales/Desktop/CV%20-%20GG/La%20pluma%20y%20la%20lanza%20para%20la%20justicia%20-%20final.docx" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[2]</span></span></span></a>.
Alzó su espada para sostener el valor gravitante de la igualdad, como
plataforma ética del ejercicio de la democracia. La igualdad debe representar
una actitud y también una definición material con instituciones específicas.
Para Dworkin la igualdad exige” ir más lejos que describir el estado de cosas
al que una sociedad debería aspirar, significa también igualdad material”<span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 115%;">[3]</span></span></span>.
Este es el legado que se abre como apuesta de factura imperecedera hacia el
devenir en nuestro país. En la universidad, Dworkin siempre estará presente como
fuente inagotable de retos teóricos, pero también de herramientas para una
acción pública comprometida con los
valores de la democracia constitucional que él defendió.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lima, 15 de febrero de 2013<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span> </div>
<hr size="1" style="text-align: left;" width="33%" />
<br />
<div id="ftn1">
<div class="MsoFootnoteText">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%;">[1]</span></span></span><span style="font-size: x-small;"> <i>Los derechos en serio</i> 1977, p. 229<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/ggonzales/Desktop/CV%20-%20GG/La%20pluma%20y%20la%20lanza%20para%20la%20justicia%20-%20final.docx" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="line-height: 115%;">[2]</span></span></span></a><span lang="EN-US"> El texto lleva como título “Is the wealth a
value?” y fue publicado en The Journal
of Legal Studies, Vol. 9, No. 2, Change in the Common Law: Legal and Economic
Perspectives (Mar., 1980), pp. 191-226.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
<div id="ftn3">
<div class="MsoFootnoteText">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/ggonzales/Desktop/CV%20-%20GG/La%20pluma%20y%20la%20lanza%20para%20la%20justicia%20-%20final.docx" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="line-height: 115%;">[3]</span></span></span></a> En: ¿Existe conflicto entre Libertad e
Igualdad? ¿Cómo decidir? Actio 6 Marzo
2005 ISSN 1510-8082: <a href="http://www.fhuce.edu.uy/actio/Textos/6/dworkin.pdf">http://www.fhuce.edu.uy/actio/Textos/6/dworkin.pdf</a>,
p. 60.</span><o:p></o:p></div>
</div>
</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<div id="ftn2">
</div>
</div>
Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-80236921200709279112012-07-16T23:01:00.001-07:002012-07-17T09:53:31.092-07:00Teoría constitucional, consulta previa y representación política<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<h2>
<div style="text-align: center;">
<b style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">Teoría constitucional,
consulta previa y representación política</span></b></div>
<b><div style="text-align: center;">
</div>
</b></h2>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> <b>Gorki Gonzales Mantilla </b></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La aprobación de
la ley de consulta previa incide sobre un debate esencial en la teoría política
contemporánea: la crisis de la democracia representativa y la emergencia de un
modelo abierto a la deliberación ciudadana para la toma de decisiones públicas
en contextos de diversidad cultural. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El problema se
identifica en el proceso por el que ha transitado el capitalismo en las últimas
décadas. Esta historia demuestra que los esquemas de cooperación económica del
hemisferio norte hacia nuestros países, han contado con un ambiente favorable
para la inversión y explotación de los recursos naturales, pero en
contrapartida han propiciado condiciones adversas a la vigencia del orden democrático
y los derechos humanos <span style="font-size: x-small;">(1)</span>. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las hegemonías
económicas y culturales así creadas, soslayaron los valores de la diversidad, no
pocas veces los avasallaron y extinguieron sus bases materiales. Sin
inclinación hacia el diálogo con los diferentes, se impusieron dinámicas de “desarrollo”
que hoy son la causa del agotamiento de las fuentes para la sobrevivencia de la
humanidad. La consulta previa es quizás el reverso de este enfoque, pues busca promover
el diálogo intercultural, para legitimar los derechos y la política. Así se
explica el Convenio 169 de la OIT como antecedente de nuestra Ley N 29785. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Pero un
constitucionalismo de baja intensidad estuvo siempre en la base de las prácticas
hegemónicas. Sus principios, anclados en un discurso liberal débil y parcial,
perdieron contacto con la historia y se hicieron vacíos: la separación de
poderes, la supremacía de la ley o la soberanía popular eran luces tenues en
medio de una bruma cada vez más densa. El Estado – nación, como orden político
y cultural, no reflejaba a la sociedad existente ni a sus integrantes, tampoco era
capaz de pensar la diversidad cultural como factor de legitimidad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La consulta
previa representa, de este modo, un alto voltaje que sobrecarga las viejas
articulaciones de la reflexión constitucional. Ésta, ensimismada en la
dogmática de las formas, se mantuvo ajena a la preocupación por los derechos de
las comunidades que conforman la diversidad cultural y que, sin duda, son parte
de la legitimidad de la soberanía
popular y la democracia política. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiroFxC6QcMDnld6gpqy72rfWbObTBrMcFifpeziG6dGE_nOZ4fho8A6KcPUoG7OvDNKvqcCRsYzbDu_H_s3zbB5rq3IJfhHAh8vHrPjHGT5Kq813yDiWssNcEeQ1m3AJivSX15yEQYA/s1600/asambleacirculo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiroFxC6QcMDnld6gpqy72rfWbObTBrMcFifpeziG6dGE_nOZ4fho8A6KcPUoG7OvDNKvqcCRsYzbDu_H_s3zbB5rq3IJfhHAh8vHrPjHGT5Kq813yDiWssNcEeQ1m3AJivSX15yEQYA/s400/asambleacirculo.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El
reconocimiento de la diversidad es también el efecto de una tensión política y cultural
que se exterioriza, para dotar de un nuevo significado a la Constitución. Ésta
se reconoce compleja y abierta a la realidad plural para reconfigurar los
principios que le dan sentido. El efecto de esa tensión se puede ver por cierto
en el diseño de las instituciones legales. Es aquí donde la ley de consulta
previa se abre paso con su carga crítica -quizás implosiva- de la práctica y la
teoría constitucional tradicional. En este punto surge un paréntesis donde la
lectura de los principios liberales debe acudir a nuevos referentes: los que se
expresan en la supremacía de la Constitución como máxima forma de garantía de
los derechos y de las libertades, pero también como directriz fundamental <span style="font-size: x-small;">(2)</span>
que representa en forma activa la pluralidad de valores del cuerpo social. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En esta tarea
propia del derecho constitucional y de la gestión política vinculada a éste, la
teoría emergente debe ser capaz de propugnar la coexistencia fluida de la
pluralidad sin que los valores individuales –también comunales- desaparezcan
<span style="font-size: x-small;">(3)</span>: una construcción dialógica, gracias a la consulta previa, que debe impregnar
el tejido social y que está en la base de una teoría de la representación
política. Este es el contenido sólido que una teoría constitucional debería
defender contra las viejas posturas del constitucionalismo tradicional <span style="font-size: x-small;">(4)</span>.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Esta perspectiva
constitucional no supone el reconocimiento de soberanías que relativizan el
Estado, creando compartimientos extraños a la totalidad constitucional. La legitimidad
democrática de la deliberación –y la consulta previa-, radica en su capacidad para
propiciar que la voz de todos inspire el diseño y la estructura de las
instituciones. Esta teoría de la democracia, ciertamente contra-mayoritaria, tiene
en la consulta un instrumento para que la diversidad se desarrolle en el propio
espacio constitucional. Se busca articular el poder y al conjunto de la
comunidad, con la pluralidad de valores, para garantizar los derechos y libertades
a través de las diferencias culturales.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Así, la
deliberación implicada en la consulta previa, permite repensar las bases de la
sociedad situando a los individuos y las comunidades en pie de igualdad.
Implica, por ello, una apuesta a la inclusión social y es la vía para dar lugar
a una representación popular crítica, de más y mejores razones para justificar las
decisiones sobre los derechos y libertades públicas, como resultado del debate.
La respuesta al caso concreto, que puede ser el de cualquier comunidad, se
robustece con las razones discutidas por todos sus miembros.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No sobra decir
que las tensiones entre las políticas gubernamentales y los derechos no se
arreglan con decisiones unilaterales. Éstas sólo profundizan el conflicto y la
exclusión social. La fuerza de la consulta previa, por ello, radica en su
adscripción a la democracia desde los derechos y su vinculación sustantiva e instrumental con la representación
política. La consulta previa es una arma para los que no reducen la
Constitución a un papel o </span></span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;">-como ha dicho Sager-</span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-small; line-height: 18px;">(5) </span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;">no v</span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 115%;">en en ella un mito que los políticos invocan en
forma irreflexiva, es decir, para los que creen que lo trascendente de una
Constitución es lo que se hace con ella. </span><br />
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, serif; font-size: 9pt;"><br /></span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="background-color: white; font-size: 9pt;">(1)
CHOMSKY, Noam and Edward Herman. The Political Economy of Human Rigths. Vol I:
The </span><span style="background-color: white; font-size: 9pt;">Washington Connection and Third World Facism, Boston: South End Press. Citado por Boaventura </span><span style="background-color: white; font-size: 9pt;">de Sousa
Santos. La Globalización del Derecho. Bogotá: ILSA, 1998, p. 191</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="background-color: white; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: x-small; line-height: 115%;">(2) </span></span><span style="background-color: white; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: x-small;">FIORAVANTI,
Maurizio. <i>Appunti di storia delle costittuzione moderne. Le libertà</i></span></span><i style="background-color: white; font-size: small; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"> fondamentali</i><span style="background-color: white; font-size: x-small; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">.
Torino: G. Giappichelli Editore, 1995, 174. </span></span><br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span lang="ES" style="background-color: white; font-size: x-small; text-indent: -18pt;"><span style="line-height: 18px;"> </span>(3) </span><span style="background-color: white; font-size: x-small; text-indent: -18pt;">ZAGREBELSKY, Gustavo. </span><i style="background-color: white; font-size: small; text-indent: -18pt;">Il
diritto mite</i><span style="background-color: white; font-size: x-small; text-indent: -18pt;">. Torino: Einaudi editore, 1992, p. 17.</span><span lang="ES" style="background-color: white; font-size: x-small; text-indent: -18pt;"> </span></span><br />
<span lang="ES" style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-small; text-indent: -18pt;"> (4) </span><span lang="ES" style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-small; text-indent: -18pt;">Loc.
Cit.</span><br />
<span lang="ES" style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-small; text-indent: -18pt;"> (5) </span><span lang="ES" style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: x-small; text-indent: -18pt;">SAGER,
Lawrence. <i>Juez y democracia</i>. Madrid:
Marcial Pons, 2007, p. 31.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-60563935596699251182012-03-27T08:45:00.004-07:002012-03-28T22:31:22.791-07:00La democracia combativa de Pedro Planas<div style="text-align: center;"><span ><u><br /></u></span></div><br /><p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center; "><b><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">La democracia combativa de Pedro Planas: </span></b><b style="font-size: 100%; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">a once años de su desaparición física</span></b></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "> </span></p> <p class="MsoNormal" align="right" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; "><span style="font-size:12.0pt;font-family: "Arial","sans-serif"">Gorki Gonzales Mantilla<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" align="right" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; "><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: left; "> </span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">Pedro Planas trazó cada línea de su enorme producción intelectual abriendo surcos en tierras poco habitadas. El constitucionalismo fue su bandera, la intuición para blindar su compromiso vibrante con la democracia. En ese esfuerzo, nunca perdió de vista el proceso histórico como eje articulador de su discurso combativo, siempre sostenido en la crítica y la revisión de las ideas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">La democracia propuesta en sus escritos superaba las condiciones evocadas por las fórmulas simplistas radicadas en la noción de lo representativo. Pedro Planas insistió en comprender el debate sobre el régimen político y la construcción de la institucionalidad en el devenir del proceso social. Su reflexión mantuvo la mirada sobre los actores políticos no sólo como datos del sistema político, sino como objeto de estudio y preocupación para preservar los valores que ellos implican en una democracia constitucional.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">La democracia posible se proyectaba como la gran empresa asociativa, no sólo de las mayorías, para forjar las instituciones de la Constitución histórica que difícilmente tuvo entidad a lo largo de la República. La democracia reclama la presencia vigorosa de instituciones que racionalicen los resultados del conflicto social. Requiere que los actores del sistema se comprometan con ese propósito y asuman los resultados con lealtad. La democracia es un crucial equilibrio entre instituciones, derechos y condiciones para la deliberación</span><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title="" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; ">[1]</span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span ><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; text-align: center; font-family: Georgia, serif; font-weight: normal; margin-bottom: 0.0001pt; "><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijBpzZYXwxrp8BoaNiIZ4Ld6jfTfht3UQxzuo-WEKiHKzPhKPaf-ytlgqEID9R-wAnCdjwG7mqkAbv8vAIvVEZBGWYsS2zbKZ0iz-4ENbeMQg4v1tBMe6pCAX2qiiQWVe-aHHeB3h4Vg/s320/Pedro+Planas.jpg" /> </span></p><p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">Esa fuerza argumentativa acompaña a la obra de Pedro Planas y va provista de un acerado bisturí liberal, sometido al rigor de los derechos para limitar el ejercicio del poder y definir el sentido del régimen político. Con esta racionalidad se adentra en el examen de las instituciones constitucionales y políticas, y pone al descubierto el valor de la ciudadanía, los partidos políticos y la descentralización como piezas de un enfoque que sólo se entiende desde los derechos y libertades públicas.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-family: Georgia, serif; font-weight: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">Planas se impone la idea del contenido a la Constitución histórica como un derrotero y un propósito de búsqueda irrenunciable. La Constitución no es un testamento que atribuye a las generaciones futuras mandatos irrevocables y definitivos</span><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftn2" name="_ftnref2" title="" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; ">[2]</span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">. La democracia constitucional se advierte como un todo que se integra de instituciones y procedimientos en un escenario cultural afín. La democracia como un todo se construye, “se logra, se conquista, se forja, se consolida”</span><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftn3" name="_ftnref3" title="" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; ">[3]</span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">. Este espacio cultural donde se realizan los derechos y libertades públicas, requiere de un propósito organizado y deliberado desde la política y la acción de gobierno. Así se establecen los “factores sustantivos para la legitimidad y cohesión del proceso institucional”</span><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftn4" name="_ftnref4" title="" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; ">[4]</span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">, marcado por las necesarias </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; ">tensiones de la democracia.</span></p><p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-family: Georgia, serif; font-weight: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size: 12pt; font-family: Arial, sans-serif; ">La democracia combativa a la que Planas se adscribe, indica el intenso sentido ético de su propuesta. Indispensable razón para dar las batallas que aún faltan, por los derechos y libertades individuales, como valores de una democracia constitucional robusta, si se construye a partir de la diversidad cultural y en </span><span style="font-size: 12pt; font-family: Arial, sans-serif; "> </span><span style="font-size: 12pt; font-family: Arial, sans-serif; ">relación con los valores de la comunidad global.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-family: Georgia, serif; font-weight: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; "> </span></p> <p class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></p> <div style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; line-height: normal; font-weight: normal; font-family: Georgia, serif; "><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all"> <hr align="left" size="1" width="33%"> <!--[endif]--> <div id="ftn1"> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align:justify"><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Arial","sans-serif""><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%; ">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family:"Arial","sans-serif""> PLANAS, Pedro. <i>La democracia volátil</i>. Movimientos, partidos, líderes políticos y conductas electorales en el Perú contemporáneo. Lima: Friedrich Eberth Stifung, 2000, p. 408.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align:justify"><span style="font-family: "Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></p> </div> <div id="ftn2"> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align:justify"><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Arial","sans-serif""><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%; ">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family:"Arial","sans-serif""> FISS, Owen. ¿Porqué el Estado? En: <i>Teoria del Neoconstitucionalismo</i>. Madrid: Editorial Trotta, p. 108.<o:p></o:p></span></p> </div> <div id="ftn3"> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align:justify"><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Arial","sans-serif""><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%; ">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family:"Arial","sans-serif""> PLANAS, Pedro. Perú. “Democracia empírica y valores autoritarios<i>”. En: NUEVA SOCIEDAD NRO.134 NOVIEMBRE-DICIEMBRE 1994 , pp.. 118-129 ISSN: 0251-3552, </i></span><a href="http://www.nuso.org/"><i><span style="font-family:"Arial","sans-serif"">www.nuso.org</span></i></a><i><span style="font-family:"Arial","sans-serif""><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoFootnoteText"><span style="font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></p> </div> <div id="ftn4"> <p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Gorki/Escritorio/Mis%20documentos/TEXTOS/articulos%20periodisticos/la%20democracia%20combativa%20de%20Pedro%20Planas.docx#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial","sans-serif""><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 115%; ">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family:"Arial","sans-serif""> Loc. Cit. <o:p></o:p></span></p> </div> </div>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-18130201762730585062011-02-22T10:10:00.000-08:002013-07-15T10:41:08.624-07:00La natural tolerancia de la mayoría<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<b><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span"><b><span class="Apple-style-span">La natural tole</span></b><b><span class="Apple-style-span">rancia de la mayoría</span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span class="Apple-style-span"><br /></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span class="Apple-style-span">Gorki Gonzales Mantilla<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">Enfermos y desviados cuando no sa</span><span class="Apple-style-span">lvajes o malditos son las coordenadas del estatuto moral atribuido a ciertas minorías, las que pueden representar un peligro para los intereses y valores imperantes. A estos grupos se les reconoce como iguales a costa de negar sus diferencias, de anular su identidad. Esta igualdad tramposa se ha visto reflejada en las escaramuzas recientes a propósito del debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos derivados de esa posibilidad.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">Salvo discretas excepciones, en plena c</span><span class="Apple-style-span">ampaña electoral, esta discusión ha tenido como base el prejuicio antes que las razones. Y los políticos han confabulado para que el problema de fondo siga invisible. La anécdota, el adjetivo fácil y la ausencia de crítica constitucional </span><span class="Apple-style-span">han permitido que los derechos en juego pasen como un problema de conciencia expresado en la idea de “lo natural”.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span">“Lo natural” nuevamente surge como respuesta para negar los derechos de quienes hoy son minoría y están subordinados a cierta moral imperante. Ese mismo argumento, no está demás recordarlo, se vincula al discurso de la desigualdad y la exclusión desde siempre. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">La “natural ociosidad del indio” fue el ar</span><span class="Apple-style-span">gumento usado desde el arribo de los españoles, para justificar la necesidad económica de someter a los aborígenes al trabajo forzado. Decían que había que sacarlos de ese “natural” estado que implicaba vivir en pecado. La “naturaleza” del aborigen fue confrontada con la impuesta por los invasores y obviamente perdió. Su secuela se lee ahora como la brecha de discriminación y racismo que atraviesa nuestra vida republicana.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">Hoy es evidente que detrás del argumento</span><span class="Apple-style-span"> de lo natural se oculta una visión perfeccionista para imponer un modelo de vida. Quien sostiene que el matrimonio entre personas del mismo sexo no obedece a lo natural, está diciendo que los individuos se realizan de un sólo modo, que sus fines sólo tienen una vía para ser legítimos. Así, lo natural se presenta como una relación de predestinación, un modelo de vida definitivo e incontrovertible.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5576578263255367570" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1Xmlp6IxCovzH-Fz5wLAmzuUdsJRiIXqYYKO2YR3gl0FSCn-XaRy9VRHggP26Pb1J6SRdPyIUuAC-AOZOt5rfuGpV-iHVVRgl5JYEJLGayxRGI9vzr7UgYPUXkNzYIz8n5Uq97H8tbg/s320/la+creacion.jpg" style="cursor: hand; cursor: pointer; display: block; height: 187px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 269px;" /></span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"><br /></span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span">El perfeccionismo moral se desliza con amplitud en el discurso religioso y se entiende que así sea. Después de todo, los valores religiosos son apreciables desde la fe por las creencias y constituyen parte fundamental del acervo protegido por los derechos individuales. Es por estos derechos que se garantiza la libertad de conciencia, la misma que justifica la capacidad de cada individuo para elegir si conforma su vida a esos valores o no.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span">Las democracias constitucionales preservan la libertad de conciencia para su ejercicio individual, y le restan legitimidad cuando es usada para imponerse a los demás. Quizás es ahí donde radica la fuerza moral de los derechos individuales, pues ellos protegen, entre otras cosas valiosas, la particularidad como rasgo de la propia diversidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span">Por eso lo natural no puede imponerse como exigencia moral sin vulnerar la libertad individual. En una democracia constitucional, los planes de vida de la mayoría, el matrimonio o sus consecuencias no se justifican en la idea de lo natural. Son construcciones y conquistas culturales tanto como los derechos. Hace algunas décadas la fecundación <i>in vitro</i> se proyectaba como una ruptura con “lo natural”. Hoy quién podría decir que los niños procreados gracias a esta técnica son “antinaturales” y por lo tanto no tienen derechos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span">"Lo natural" debe permanecer en la conciencia de quienes creen en ello. De lo contrario las normas sobre la vida buena serán impuestas por las mayorías y la tolerancia será un reflejo solapado de su voluntad. Se creará la ilusión de la igualdad natural para aplastar las diferencias, como en el atrio de la Catedral de Lima.</span><span class="Apple-style-span"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><o:p><span class="Apple-style-span"> </span></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></div>
Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-15231345763909023762010-08-15T18:46:00.000-07:002010-08-15T18:56:10.616-07:00LA DEMOCRACIA EN LOS TIEMPOS DE KOURI<p class="MsoNormal" align="right" style="text-align:right"><b style="mso-bidi-font-weight: normal"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language:ES-TRAD">Gorki Gonzales Mantilla<o:p></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:288.0pt;text-align:justify;text-indent: 36.0pt"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language:ES-TRAD"><span style="mso-spacerun:yes"> </span></span></b> </p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language:ES-TRAD">Las reglas electorales existen para dar viabilidad a los principios de la democracia representativa. Sin embargo, importa la idoneidad del sistema electoral para que se cumplan las formalidades del proceso de elecciones, pero sobretodo para que sirva como referente moral de la vida partidaria. Es bueno recordar que la democracia representativa es sólo una de las facetas de la democracia constitucional.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En esa relación, las tachas interpuestas contra la candidatura de Alex Kouri, evocan reglas y problemas que, en síntesis, definen algunos de los rasgos esenciales de la crisis de los partidos políticos y de la política en el Perú. A este candidato se le acusa de no cumplir con un requisito formal (el lugar de residencia), y por la ausencia de democracia interna para la elección de los candidatos incluyendo la suya. Interesa sobre todo esta última objeción.</p> <p class="MsoNormal" style="mso-margin-top-alt:auto;mso-margin-bottom-alt:auto; text-align:justify"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language:ES-TRAD">Esta condición reclamada a la candidatura de Kouri refleja la carencia de compromiso con el debate de ideas y la deliberación, imprescindibles en la democracia constitucional. La idea de organizar partidos como si fuesen empresas para explotar intereses privados, es el corolario de esa ausencia. Este parece ser el caso en cuestión, para nada ajeno a las prácticas que, en ciertos partidos, se concentran en el propósito de camuflar la acción de grupos de intereses privados.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language:ES-TRAD">El imaginario electoral que se levanta para el proceso de octubre próximo delata que lo público, como noción clave en la construcción de la democracia constitucional, se ha quebrado o, en el mejor de los casos, aparece en forma leve e intermitente. Es como una proyección indefinida del andamiaje cultural que el pragmatismo fujimorista impuso en la agenda del país. Luis Cáceres Velásquez, sentenciado por sus probados vínculos con la corrupción Fuji-montesinista, y hoy candidato de fuerza para ganar la alcaldía de Arequipa, es la mejor expresión de esa impronta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFeA4_k9IjI2FedVqozfYJSzEg_LW5t4NXPqcUsPN2rHKG2v4Al3_X6aRfRU7ohPpRceVLGwHYHJ75Se9JOGmB1d_wkwxQJuOs304yR1l8FF9_fUwgrtn7CE0Q0smYDAPGzOe-vml6rQ/s320/concepto-de-corrupcion.jpg" /></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify">La débil perspectiva de lo público en grupos que, como el de Kouri, quieren gobernar el país, explica la idea de democracia formal que impera en estos predios. El resto de <span style="mso-spacerun:yes"> </span>partidos y agrupaciones presentes en el mapa electoral peruano, con notables excepciones, se mantienen bajo esta égida.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En todo caso, la democracia interna de los partidos no es sólo un requisito formal. Se trata de un procedimiento de valor epistémico, pues debe hacer posible el debate sobre los valores públicos y el sentido eficaz que éstos deben tener en la vida ciudadana. Debe permitir, en suma, la articulación de los intereses públicos compartidos. Es de este modo que se entiende la democracia interna como instrumento de la democracia constitucional. No hay deliberación sin procedimientos públicos y condiciones de igualdad para participar en el debate público, y la democracia como un todo sólo existe a través de estos procedimientos.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">El valor epistémico que la deliberación implica en la democracia interna, supone la posibilidad de garantizar y enriquecer el contenido de los valores constitucionales como justificación de las ideas, proyectos o programas electorales. La ausencia de este valor, donde el caso Kouri es tan sólo un ejemplo, parece ya una epidemia que debilita y distorsiona el sentido de la democracia constitucional en el Perú.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language:ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <span lang="ES-TRAD" style="font-family:"Times New Roman","serif"; mso-fareast-Times New Roman";mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: EN-US;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:";"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Lima, 15 de agosto de 2010</span></span>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-4409752554864413042009-09-14T22:35:00.000-07:002009-09-15T06:53:12.734-07:00DE LA CEGUERA INGENUA A LA MIOPÍA EMOCIONAL: Ojo, el Consejo Nacional de la Magistratura no acepta magistrados invidentes<div style="text-align: justify;">Aferrado ciegamente a una disposición derogada de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el CNM ha decidido que los invidentes no son aptos para desempeñar un cargo en la función judicial. Este hecho, imaginable en la historia universal de la infamia, fue denunciado por la víctima: un abogado de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, con estudios de postgrado y una larga vida profesional. La negativa del CNM, a través de la oficina respectiva, se produjo en el mes de julio pasado (1).<br /><br />Por lo demás, el contexto normativo en el que se produce el caso parece ser insuficiente para explicarlo, si es que no se examina el fondo ideológico. La norma que ampara la decisión, responde a una visión contraria a la impronta de los derechos fundamentales y al sentido de la justicia en un Estado constitucional(2). Es una disposición coherente con el imaginario decimonónico del derecho, en el cual la ley subordina la realización de los principios y valores constitucionales.<br /><br />La interpretación atribuida a esta norma permite estigmatizar la discapacidad y al sujeto que la posee. En todo caso, esta idea ha sido fervorosamente seguida por muchos comentaristas y exégetas del derecho. El código civil ha sido un recurrente espacio de adeptos a este tipo de encantamiento o ceguera intelectual. Y el campo constitucional tampoco se ha mantenido indemne a su influencia. Es por esta razón que no llama la atención que ocurra, pero la idea es que no vuelva a pasar.<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOXXnQD6-dnzhl9FzaOE-Nh9fyFMltxYqEYtK02vcbyFalYvl6XikS4BfbGdvJBENFuuKo7wgmQ4zAZenj4memWOwMQoMZUtKMGF964JlraLTZ8kNWKN5LbNpFb-vEp7HjFmN8ulHeog/s1600-h/en+la+otra+vereda.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 250px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOXXnQD6-dnzhl9FzaOE-Nh9fyFMltxYqEYtK02vcbyFalYvl6XikS4BfbGdvJBENFuuKo7wgmQ4zAZenj4memWOwMQoMZUtKMGF964JlraLTZ8kNWKN5LbNpFb-vEp7HjFmN8ulHeog/s320/en+la+otra+vereda.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5381564251127814242" border="0" /></a><br />El principio que se debe garantizar es el derecho a la igualdad y, como consecuencia, el desarrollo del plexo de derechos fundamentales vinculados al derecho de acceso a los cargos públicos. Por lo tanto, la discapacidad no puede ser causa de disminución de derechos, más bien, debe ocurrir lo contrario para que los sujetos que la poseen, se sitúen en pie de igualdad respecto del resto de ciudadanos.<br /><br />La ceguera no puede ser una razón que, por sí misma y <span style="font-style: italic;">ex ante</span>, inhabilite al sujeto que la posee para ejercer un cargo público. Si lo que está en cuestión, es garantizar la idoneidad de los futuros magistrados para optimizar los principios de la función judicial, el camino es evaluar los requisitos y méritos necesarios para acreditar esa condición, incluido el examen médico de rigor. La logística como pretexto para negar la postulación a un invidente es absurda, pues su existencia o ausencia es responsabilidad de la institución, en este caso, del Ministerio Público o del Poder Judicial. Son estas entidades las que deberán proveer de rampas, lazarillos y toda la tecnología necesaria para que un invidente que reúne las condiciones intelectuales para ejercer el cargo, lo haga y punto. En el caso específico, esto forma parte de los hechos, pues se trata de alguien que ostenta estudios superiores y título universitario.<br /><br />La eficiencia utilitarista, en pos de ahorrar recursos, puede confabular con el formalismo jurídico para justificar una respuesta semejante a la formulada en el caso examinado, pero el resultado será seguramente injusto y a la larga ineficiente. Las soluciones de este tipo se enfocan en los derechos de algunos sujetos y generan profundas brechas que luego deben ser salvadas, con enorme gasto y esfuerzo, para evitar la erosión del sistema social. A menos, claro está, que se pretenda desaparecer la diferencia, por inviable y por la fuerza.<br /><br />La confianza ingenua en las normas escritas es también una forma de ceguera, cuando se las asume en forma irreflexiva o cuando se derivan consecuencias por la autoridad que ellas representan. Pero la ceguera puede trastocarse más allá del sentido de la vista, para convertirse en una traba emocional que bloquea la sensibilidad política y dificulta el sentido de la crítica. Un déficit como este, es comparable con la miopía. No es que no se vea. En todo caso las imágenes y con ellas las ideas están distantes del objeto, distorsionadas por el velo del formalismo y la poca ambición constitucional del intérprete.<br /><br /><span style="font-size:85%;">(1) La decisión final del CNM es notificada mediante Oficio Nº 34-2009-SG/CNM del 16 de julio del presente. La decisión de excluirlo fue posterior a que se le declarara apto. El tenor de la carta se explica por sí solo: "(...) teniendo en consideración que el artículo 10º del Reglamento de Concursos para la Selección y Nombramiento de Jueces Y Fiscales establece que la declaración de un postulante como apto no limita la facultad del Consejo de constatar el cumplimiento de los requisitios establecidos para postular, en el momento que fuera prtinente; excluirlo en su postulación a la citada Convocatoria por no cumplir con lo dispuesto en el artículo 177º inciso 5 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que señala: " "Artículo 177º: Requisitos comunes para ser magistrado: 5. No ser ciego, sordo o mudo, ni adolecer de enfermedad mental o incapacidad física permanente que le impida ejercer el cargo con la diligencia necesaria. Lo que notifico de acuerdo a Ley. Firma de: Dr. Jorge Matienzo Luján - Secretario General - Consejo Nacional de la Magistratura"<br /><br /></span><span style=";font-family:georgia;font-size:85%;" ><span style="" lang="ES-PE">(2) El artículo 177º de <st1:personname productid="la LOPJ" st="on">la LOPJ</st1:personname> señala: “no ser ciego, sordo o mudo, ni adolecer de enfermedad mental o incapacidad física permanente que impida el desempeño diligente del cargo”</span></span></div>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-22436790440579694372009-07-06T13:13:00.000-07:002009-07-07T14:56:52.023-07:00Las normas pétreas y la Constitución de papel: reflexiones más allá de Honduras<div align="justify"><div align="justify"><br />El carácter de la Constitución y el problema de su reforma aparecen en el trasfondo del golpe de Estado en Honduras. El artículo 374° de esa norma, establece la imposibilidad absoluta de modificar el período presidencial. Y es contra esta definición que el presidente Zelaya intentó convocar a una consulta popular para que una asamblea constituyente se pronunciara sobre la reforma en el extremo proscrito.<br /><br />El tema, en teoría, tiene tras de sí un amplio debate. A principios del siglo XX el jurista irlandés James Bryce anotaba que, según “la relación de las constituciones con las leyes ordinarias y con la autoridad que las dicta”<a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a>, éstas podían clasificarse en “rígidas” o “flexibles”. Las primeras se reflejaban en las constituciones escritas, previendo un procedimiento complejo que hacía difícil su reforma. Las segundas, en cambio, aludían a las constituciones no escritas, y suponían la posibilidad de la reforma a través de procedimientos ordinarios. </div><br />El enfoque no dejaba mucha claridad sobre el verdadero sentido de la rigidez constitucional. En todo caso parecía desprenderse que aquella estaba determinada por la calidad –agravamiento- del procedimiento de reforma. En ese escenario podría imaginarse el papel definitorio de las cláusulas pétreas, de manera que la rigidez, formalmente considerada, sería llevada al extremo para impedir toda posibilidad de cambio. Esta pretensión, marcada por una confianza ciega –o ingenua- en la norma, alucinaba la idea de congelar la política, el derecho, la cultura, en suma, la historia.<br /><br />Creer en la inmodificabilidad de un supuesto que lleva dosis de inocultable contingencia política, termina por adelgazar la idea de Constitución (al convertirla en sólo papel) y en ese plano se identifica, por ejemplo, el plazo presidencial o la propia reelección. Después de todo, la obediencia del derecho no se justifica en la autoridad de la norma escrita, sin caer en el absurdo. Es la estructura racional y moral que fluye del debate articulado, por ejemplo, a través de las decisiones judiciales, la que atribuye sentido y hace aceptables las normas y el derecho. Admitir la tesis de la obediencia con el argumento de autoridad, es aceptar la idea de un consenso atemporal y arbitrario que proviene de voluntades originarias e imaginarias.<br /><br /><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355455089192204770" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 296px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3OBOhPQJ268KpOqNGMzh2StQ72XgYD3qYXKFE8GmPIL4d04BHrxqDiAnbmiI2E1t3smySTuHuRoiXjsvoxH6LGF6NNS8Hk3fUlOx0P6Uv0RX_9pNKgrKMYoz8EmmjuyNtY5F30bGpnA/s320/fantasma%5B1%5D.jpg" border="0" /><br />La inevitable corrección material de todo intento por petrificar el derecho, se entiende mejor, si se advierte que la llamada rigidez de la Constitución no radica en la exigencia de formalidades que dificultan su reforma, sino en el sentido mismo de la Constitución. Las ideas centrales que se derivan de esta última afirmación son que la rigidez como expresión formal deja de ser tal cuando se admite la hipótesis de la reforma, por más limitada que ésta sea. Y, de otro lado, la Constitución como realidad cultural en la que se ejercen los derechos y libertades fundamentales subordina los instrumentos e instituciones públicas, pues les impone límites formales y substanciales para su existencia<a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>, además de ser la razón que los justifica.<br /><br />Las instituciones de la democracia se justifican en el debate para profundizar el sentido de la Constitución y los derechos. Esta condición se diluye –como en Honduras- cuando las prácticas que dan vida al proceso político restringen el diálogo, porque obedecen en forma excluyente a las razones de quien ejerce el poder, porque existen condiciones estructurales de desigualdad que invalidan el debate libre o, finalmente, por la absurda pretensión de leer las normas constitucionales como si fuesen reglas de tránsito para defender estructuras políticas del presente en función de un acuerdo fantasmal del pasado.<br /><br /><br /><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> BRYCE, James. Constituciones flexibles y constituciones rígidas. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1988, p. 9.<br /><br /><a title="" style="mso-footnote-id: ftn2" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> PACE, Alessandro, VARELA, Joaquín. La rigidez de las constituciones escritas. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1995, p. 77. </div>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-38561196189817734752009-01-13T04:39:00.000-08:002009-01-13T12:12:43.949-08:00La independencia como oportunidad<div style="text-align: justify;"><br /><br />La independencia judicial no es un privilegio. Los jueces deben ser independientes por la necesidad de tutelar los derechos y libertades. Revalorar este principio es, por ello, una condición esencial de todo Estado que apuesta a vivir en una democracia constitucional. Sólo este podría ser el significado atribuible a la independencia en el <a href="http://www.pj.gob.pe/">discurso del Presidente de la Corte Suprema en la apertura del año judicial.</a><br /><br />Más allá de las palabras, la independencia exige garantías concretas para su realización. En la práctica, su dimensión y complejidad podrían formar el contenido de cualquier agenda de reforma judicial. Afirmar la posición de legitimidad social de los jueces en el país –como advierte el Presidente Villa Stein-, es una consideración que apela a la necesidad de que los jueces sean independientes. En esa línea, se ubican las propuestas para modernizar los sistemas de gestión y desconcentrar la administración presupuestal a nivel de los distritos judiciales.<br /><br /><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikmmZJzukFtrXS5id9UdfyBgVIjTVbW_of0KgMqG0jqPWrU4y2EK2tSs78sJZmzOp3dpjnv1rixt3i1K6dKca-9dZ6CxAdLHuoFgRB5x9wGSZmB-OrU_SlPIT6zvGv74aIwS9dHvFCHA/s1600-h/prismamulticolor.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 206px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikmmZJzukFtrXS5id9UdfyBgVIjTVbW_of0KgMqG0jqPWrU4y2EK2tSs78sJZmzOp3dpjnv1rixt3i1K6dKca-9dZ6CxAdLHuoFgRB5x9wGSZmB-OrU_SlPIT6zvGv74aIwS9dHvFCHA/s320/prismamulticolor.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290761467811597282" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><br /><br />En el mundo contemporáneo la independencia es el prisma a través del cual es posible pensar un programa de transformación institucional. Jueces independientes como premisa de un sistema justo, sería la hipótesis de este programa. En otros términos, jueces culturalmente involucrados con los principios de la democracia constitucional para impartir justicia en forma razonable y provistos de las garantías para actuar sin presiones, con profesionalismo y celeridad.<br /><br />Los problemas crónicos del despacho judicial, comenzando por el de la Corte Suprema o la ausencia de un sistema racional que otorgue seguridad a la carrera profesional de los jueces son condiciones que niegan el desempeño de la función judicial con independencia. El juez independiente debe ser capaz de dar sentido constitucional e historicidad al sistema legal y la independencia sirve de poco si el juez, ajeno a cualquier tipo de injerencias, no es capaz o está impedido de librar la batalla para optimizar los derechos ciudadanos y hacer posible el acceso a la justicia con igualdad de oportunidades.<br /><br />La agenda pendiente está planteada desde hace algunos años. Pero de las propuestas del presidente Villa Stein surgen algunas preguntas necesarias en esta fase: es el caso de los órganos de gobierno del Poder Judicial -con la Sala Plena incluida-, que reclama un reexamen respecto de su conformación, organización y funciones. De hecho, en el Congreso de la República existen varias propuestas que se ocupan del tema.<br /><br />La reforma de los órganos de gestión quizás requiera crear un sistema de indicadores institucionales: desde las cifras sobre la carga procesal hasta los factores para la medición del desempeño profesional. Este sistema podría ser el referente para que la evaluación de los jueces tenga una orientación institucional, sus méritos profesionales podrían ser incorporados como factores de medición en los planes anuales de desarrollo y la idea de una evaluación permanente recién tendría sentido. El cambio cultural que está en la base de este proceso, implica la redefinición de las políticas de capacitación de la AMAG y la creación de una política de talentos humanos para el personal de apoyo, asesores y auxiliares.<br /><br />La independencia judicial puede ser una oportunidad para realizar las tareas necesarias desde siempre, dar continuidad al programa de transformaciones pensado desde el Acuerdo Nacional por la Justicia y la CERIAJUS, y hacer del sistema judicial un espacio de afirmación de los bienes públicos y los derechos ciudadanos para enfrentar el subdesarrollo. El nuevo presidente de la Corte Suprema tiene frente a sí el reto impuesto por él mismo.<br /><br />Lima, 06 de enero de 2009</div>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-10997255007813992982008-11-12T13:54:00.000-08:002008-11-14T19:02:23.117-08:00CIUDADANÍA Y JUSTICIA EN EL PERÚ: LOS EXTREMOS DE UNA RELACIÓN AUSENTE<div align="justify"><strong><br /></strong><br />Gorki Gonzales Mantilla<br /><br /><br />La reciente encuesta del <a href="http://www.pucp.edu.pe/iop/">Instituto de Opinión Pública de la PUCP</a> revela un escenario reiterado en el proceso histórico de lo judicial desde el siglo XIX. Como imágenes del pasado que se mantienen en la indefinición de las actuales reformas, la falta de confianza, la corrupción, la lentitud procesal, los trámites excesivos, la falta de independencia del poder político o la burocracia encriptada definen el sentimiento ciudadano frente a la justicia. En particular, la encuesta sugiere la necesidad de emprender un trabajo más acucioso sobre el papel de los abogados en la corrupción. Más allá de consideraciones cosméticas expresadas en los códigos de ética existentes y propuestos, parece ingenuo pensar que la corrupción se geste al margen de la influencia prevalente de los letrados.<br /><br />La encuesta, al margen de lo dicho, se aproxima a un problema de enorme envergadura: la ausencia de un vínculo entre lo judicial y la ciudadanía. Se trata de un hecho que no ha merecido la debida atención desde los estudios especializados. Y la configuración del problema desde la perspectiva del acceso a la justicia, no parece suficiente para medir la intensidad del hallazgo. Que las personas no reciban el mismo trato por el sistema judicial o -como también se advierte en la encuesta- que éste no llegue en igual medida a todos los sectores sociales proyecta un cuadro de desigualdad y lo que es peor aún de exclusión.<br /><br /><img src="file:///C:/DOCUME%7E1/MARTIN%7E1/LOCALS%7E1/Temp/moz-screenshot.jpg" alt="" /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://marfelice.files.wordpress.com/2007/08/pobreza.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 480px; height: 524px;" src="http://marfelice.files.wordpress.com/2007/08/pobreza.jpg" alt="" border="0" /></a>La posibilidad de ejercer los derechos o que los jueces puedan conformar los bienes públicos como núcleo de la comunidad en una democracia constitucional, se esfuman completamente cuando -como ha dicho el profesor Boaventura de Sousa Santos- la desigualdad se impone, en este caso, como un sistema jerárquico de integración social, y al mismo tiempo se crea un sistema de atribución de derechos que excluye, es decir, crea mecanismos de prohibición, al punto de impedir la pertenencia de quienes nunca estuvieron incluidos. Mientras que la desigualdad se encubre bajo el manto de la igualdad formal, la exclusión instrumentalizada desde el Estado endurece el imaginario que justifica el determinismo biológico racial, sexual y también el que emerge de la propia condición socio-económica.<br /><br />La reforma del sistema judicial es, por ello, una demanda ciudadana que implica una crítica a la cultura sobre la que se construye el sistema como tal. En consecuencia, más allá de los cambios en la infraestructura, de los esfuerzos por dotar de instrumentos teóricos para atribuir de idoneidad a la magistratura o de corrregir los procesos de gestión que harían posible mejorar el servicio de justicia, importa un cambio radical de la cultura legal sumergida aún en el formalismo. Esta visión formalista es la que permite a los jueces, propiciar la fragmentación y exclusión social, como factores que impiden el acceso a los derechos y contribuyen a profundizar las condiciones de pobreza y subdesarrollo en el país.<br /><br />La reforma judicial debe incorporar en su programa las herramientas transformadoras y los principios que la Constitución ofrece para garantizar los derechos ciudadanos por encima de las contingencias políticas, y también para repensar el modo de organización del sistema judicial en los términos de una democracia constitucional.<br /><br /><br />Pando, 12 de noviembre de 2008</div><div align="justify"><br /></div>Gorki Gonzales Mantillahttp://www.blogger.com/profile/13026746657802332291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-4228297000442902122008-05-14T10:29:00.000-07:002009-01-13T13:20:10.156-08:00El autoritarismo y la cultura legal<div align="justify"><em><br />Autor: Gorki Gonzales<br /><br /></em></div><div align="justify"></div><div align="justify">La cultura jurídica de una comunidad se forma de conocimientos y valores, pero también se integra de las percepciones, actitudes y de la práctica del derecho como tal. En el caso nuestro, la influencia del formalismo legal, en gran medida, delimitó los cauces por los que la cultura jurídica pudo discurrir: aquella visión debilitada del positivismo jurídico, que refleja el posicionamiento de las formas y el culto a la ley como estrategia para el discurso y la acción desde una perspectiva autoritaria.<br /><br />Concebir lo jurídico desde esta óptica permite definir lo correcto desde la ley y en auxilio de ella, la doctrina. La doctrina se revela como transmutación del dicho de los autores. No hay que perder de vista que en el formalismo, ley y doctrina operan como argumentos de autoridad. Factores auto referenciales de un discurso que no repara en la realidad o más bien que la ficciona. Pero la autoridad se convierte rápidamente en autoritarismo cuando brota de las palabras del catedrático, al punto que –en términos de Bourdieu<a title="" style="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a>- permite delimitar el “campo de lo jurídico” para imponerse sin atenuantes frente a un público adiestrado en estos menesteres. El autoritarismo como discurso que da por definido el sentido del derecho y las instituciones que lo sostienen es esencial a la actividad docente y se expresa igualmente en los textos con pretensiones académicas. El autoritarismo como idea de orden que debe aceptarse porque “así lo dice la doctrina más avanzada” – aunque nadie sepa explicar porqué es así-; autoritarismo que forma las mentes en la férrea idea de que los conocimientos se transmiten porque están en los textos de los maestros.<br /><br />El autoritarismo no se agota en la definición de ciertos sistemas políticos. Los factores culturales del mismo se vertebran en el ámbito de la cultura legal. A través de él se procura crear convicciones y propiciar herramientas que llevan en forma implícita una sola idea de orden. Por cierto, el formalismo evoluciona sin perder identidad y se transfigura en la dogmática como conocimiento articulado de conceptos y categorías que no dicen nada de la realidad pero que se presentan como hitos. Es entonces cuando el autoritarismo libera al auditorio del esfuerzo de la crítica. Basta con creer y asumir como verdades los conceptos, clasificaciones, derivaciones y demás sofisticaciones jurídicas del vacío.<br /><br />El autoritarismo, se origina en las bases del discurso legal que justifica las estructuras de poder: desde la voz de los académicos que esgrimen el sentido del derecho en forma descontextualizada o doblemente desarraigada. Quizás cabe recordar que el derecho republicano es un resultado en el que convergen normas de élites y teorías importadas para justificarlas. El producto de este proceso fue un tipo de ley débil por su falta de legitimidad que paradójicamente se impuso por la fuerza. La autoridad sirvió para enmascarar la realidad social y justificar el poder político.<br /><br />Los abogados difícilmente se sustraen de esa tradición. Las formas autoritarias son un elemento omnipresente en el mundo forense. Al margen de las actitudes y los ritos que deben cumplirse sin lugar a la crítica, el quehacer de los llamados “letrados” está armado por el argumento de autoridad. Las propias instituciones del sistema judicial siguen esa pauta y la consolidan.<br /><br />Se podría pensar que el valor crítico de la actividad académica funciona como antídoto del formalismo y crisol de la tolerancia. No obstante ello, el discurso académico ha servido para recrear el formalismo y evidenciar su carácter profundamente autoritario a partir de él mismo. Los académicos del derecho en el Perú, indistintamente, han cultivado en formas diversas, enfoques cercanos o no lejanos del formalismo jurídico y en el mejor de los casos, perspectivas propias del positivismo jurídico en áreas del denominado derecho público.<br /><br />Incluso una opción pragmática o funcionalista, como el análisis económico del derecho, tuvo en el país un éxito espectacular en los años noventa, precisamente porque se puso a la vanguardia de las corrientes positivistas. Recuérdese, sólo como filón, la exaltación del derecho como sistema de reglas simples o la paradójica y famosa referencia al “consumidor razonable”, como petición de principio en una realidad en la cual el mercado era una quimera. La curiosa mezcla que daba lugar a un derecho orientado a la eficiencia como fin, sin reparar en los problemas de exclusión y desigualdad, terminó por ofrecer una perspectiva profundamente autoritaria. No parece extraño, entonces, la utilización de la que fue objeto en un sentido ideológico para justificar la dictadura fujimorista, es decir, para fundamentar el ensamblaje de sus programas económicos y premunir de argumentos el sentido de la democracia de baja intensidad que se auspició.<br /><br />El autoritarismo se cultiva en las facultades de derecho como enfoque intelectual que articula la cultura de las formas, de las teorías en el vacío, de las fórmulas absolutas, siempre bajo el argumento de autoridad. Puede ser frecuente que esta visión se asocie a una deliberada desconexión de la realidad, a la ausencia de investigación o bien a la persistencia en la investigación libresca y sin crítica. El autoritarismo emerge, al fin y al cabo como perspectiva que modela las relaciones jurídicas, sociales y políticas.<br /><br />El autoritarismo del mundo académico produce un efecto sobre el comportamiento individual y colectivo. Los estudiantes son los primeros en recibir el impacto y la influencia de esta cultura. Ellos se encargarán de reproducir el imaginario. El mundo forense reforzará la perspectiva y asumirá la responsabilidad de llevarla a extremos. Las relaciones que dan vida al sistema social y a la democracia llevarán esta marca indeleble.<br /><br />La crítica contemporánea a esta forma de entender el derecho en el Perú, tiene sus mayores resistencias en la cultura legal precedente. Es decir, en los actores presentes, profesores y estudiantes. Y las incursiones reformadoras han tenido, en gran medida, efectos cosméticos sobre la cultura autoritaria y también sobre la idea del derecho. Las voces más representativas del discurso reformador, difícilmente se divorcian de las premisas autoritarias que le sirven de sustento, pues ellas son sus herramientas cotidianas para el ejercicio académico y profesional.<br /><br />Una expresión contracultural –como ha dicho Binder<a title="" style="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>- es necesaria en medio de las sombras que envuelven nuestra cultura jurídica. Más allá del formalismo y sus consecuencias, la corrupción y las prácticas desleales de los operadores y ciudadanos, cuando de derecho se trata, forman parte también de ella con la ayuda del argumento de autoridad. La visión contracultural resulta entonces una cuestión central para la viabilidad de las instituciones que se justifican en el derecho. La política y la democracia son parte de ello. Cambiar las bases de la cultura legal tiene por ello un propósito superlativo, para que ésta cristalice los intereses y derechos ciudadanos en pos de la igualdad en un contexto de diversidad. Que el autoritarismo deje de ser una sombra perenne en la vida institucional depende en gran medida de que ello ocurra.<br /><br /><br />Pando, 24 de abril de 2008<br /><br /><br /><br /><a title="" style="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> BORDIEU. Pierre. “Elementos para una sociología del campo jurídico”. En: La fuerza del derecho. Ediciones Uniandes – Instituto Pensar – Siglo del Hombre Editores, p. 155 y sgts.<br /><a title="" style="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=1038628048173568672#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> BINDER, Alberto. “La cultura jurídica, entre la tradición y la innovación”. En: Los actores de la justicia latinoamericana. Salamanca: Ediciones Universidad, 2007, p. 38 y sgts.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-87452836963395882832008-03-27T13:10:00.000-07:002009-01-13T13:22:30.078-08:00El ilusionista y la política<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4_tKCliSk4Byvoq6kXFoHy7yroB2vDhQDeWZ1sZP5i_6gJhH887OML7xdtxq8RubJTGhOVYqKFDbot4Vh8Ht8ZGtXQp9VIJiZRNsfEVMav8cS80Neo6n0aXl7Wo5hREud0PGMoHlD6be8/s1600-h/pol+ilusion.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5183383851230727362" style="margin: 0px auto 10px; display: block; cursor: pointer; text-align: center;" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4_tKCliSk4Byvoq6kXFoHy7yroB2vDhQDeWZ1sZP5i_6gJhH887OML7xdtxq8RubJTGhOVYqKFDbot4Vh8Ht8ZGtXQp9VIJiZRNsfEVMav8cS80Neo6n0aXl7Wo5hREud0PGMoHlD6be8/s320/pol+ilusion.jpg" border="0" /></a> <div align="justify"> </div><div align="justify">Autor: <em>Gorki Gonzales M.<br /><br /></em></div><div align="justify"><em></em> </div><div align="justify"> </div><div align="justify">El <span style="font-weight: bold;">discurso político</span> del ejecutivo busca transfigurarse. La voluntad alucinada y contradictoria que no desiste en su empeño por teatralizar la vida pública con la pena de muerte, crear dudas sobre la permanencia del Perú en el sistema interamericano de Derechos Humanos o instrumentalizar el referéndum como elemento de propaganda, se confunde con un relato de lo fantástico, donde las palabras designan cosas ilusorias en una realidad imaginaria.<br /><br />Crear ilusiones no es una actividad extraña al quehacer de cierta política. La evasión como estrategia inducida, desconcentra y produce incertidumbre en la ciudadanía. Se crea entonces un tiempo aparente para “avanzar” conforme a los intereses que se presentan como “mayoritarios”, mientras la ilusión cautiva y confunde.<span style="font-weight: bold;"> La ilusión se construye con escenas lúdicas que refieren lo imposible</span>, pero también se vale de las emociones más primarias. La ausencia de elementos racionales en ambos casos explica mejor el funcionamiento de la ilusión y evidencia su utilidad cuando es usada en la política.<br /><br />El ilusionismo del régimen actual opera con enorme audacia. Recurre a los principios que la Constitución representa para confundirlos con la voz de las mayorías. Este es el argumento usado para sustituir el interés ciudadano y transformarlo en pura razón de Estado. Pero<span style="font-weight: bold;"> la audacia del ilusionista no puede modular las consecuencias que la ilusión causa:</span> presentar a la democracia como expresión del voluntarismo y a la Constitución como una hoja de papel cuyos principios generales pueden ser llenados con las voces hipnotizadas de mayorías contingentes.<br /><br />Por eso <span style="font-weight: bold;">la ilusión es temporal</span>, como el silencio sobre la situación de las cárceles y la desatención gubernamental, inexplicable en un gobierno socialdemócrata. La ilusión desaparece cuando la reforma policial ausente se convierte en un reclamo insoslayable por la violencia delincuencial que a veces desborda la vida ciudadana.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">La ilusión</span>, después de todo, <span style="font-weight: bold;">no desaparece la realidad, tan sólo la oculta temporalmente</span>. Sin embargo, sus huellas pueden ser indelebles. Puede propiciar el desgaste de la realidad misma al punto de su menosprecio, puede estimular convicciones irracionales que degraden los intereses y libertades públicas, como en el caso del referéndum para la pena de muerte.<br /><br />Más allá de todo,<span style="font-weight: bold;"> el ilusionista no podrá evitar que el efecto de la ilusión enajene la consciencia del ciudadano enfervorizado con la ilusión</span>, pero a quien poco le sirve el significado de los derechos que implican la ciudadanía. Y en política, la falta de previsión no casual de los resultados mediatos, tiene siempre una afinidad con el pragmatismo. Este es el punto en el cual toda ilusión se desvanece y aflora el poder descarnado, empecinado únicamente en la hegemonía.<br /><br />Pero es también el momento en el cual, <span style="font-weight: bold;">el efecto ilusorio puede dañar la fuente de la que proviene.</span> La credibilidad como producto de la fantasía no tendría más respaldo ante el agotamiento de la ilusión y el desgaste de la realidad. El gobierno vería entonces cómo la realidad se impondría sin referentes que provengan de su propia prédica. Y esto no sería, por cierto, una ilusión.<br /><br /><br /><div style="text-align: left;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-family:arial;">Nota: el presente texto fue publicado en la revista de estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Puntos SUSPENSIVOS. Lima: </span><a style="font-family: arial;" href="http://losvanguardistas.wordpress.com/">Vanguardia</a><span style="font-family:arial;">, abril 2007.</span></span> </div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-4210870451706240132008-03-24T22:06:00.000-07:002009-01-13T13:16:49.885-08:00La pobreza y los derechos en serio<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKDVOF-Z468QOD5vzfI462JxtqUWSuDoPyrIrez8HUjLrfE99zL1ZWbTRB-KVZMlZ4xFAz8x-QQZVtloWkc0DlabSsT5OKCaT4Pw0r8WnNvUGAVzxP7HnTaluNQ1T73786RIBjknNo_ngr/s1600-h/multitud-jugando-tambien-de-brueghel-como-la-torre-de-babel-reducida.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5181543318929190514" style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center;" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKDVOF-Z468QOD5vzfI462JxtqUWSuDoPyrIrez8HUjLrfE99zL1ZWbTRB-KVZMlZ4xFAz8x-QQZVtloWkc0DlabSsT5OKCaT4Pw0r8WnNvUGAVzxP7HnTaluNQ1T73786RIBjknNo_ngr/s320/multitud-jugando-tambien-de-brueghel-como-la-torre-de-babel-reducida.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><br />Autor: <em>Gorki Gonzales M.<br /><br /></em></div><div align="justify"> </div><div align="justify">El nivel de pobreza de un país refleja el grado de realización de los derechos fundamentales de las personas. La pobreza es la causa más flagrante de la desigualdad, restringe la libertad, pone en cuestión el derecho a la integridad física, a la salud, al trabajo, a la educación, a la vivienda, impide el acceso a la justicia, en suma, diluye el sentido de la dignidad humana.<br /><br />Para no olvidarlo, la democracia, como sistema de gobierno, existe precisamente para la protección y tutela de los derechos fundamentales. Esta es la razón que la justifica desde su origen en los sistemas políticos constitucionales del mundo moderno. La pobreza tiene, por ello, una dimensión articulada al valor de los derechos tomados en serio, en los términos de Ronald Dworkin.<br /><br />Los enormes conglomerados humanos que desde los orígenes de la república carecieron de medios esenciales para satisfacer sus necesidades básicas, conforman aún hoy el mapa de los que menos tienen en el Perú. Lo dramático es que en él, las causas históricas que alimentan la pobreza se mantienen, como siempre, definidas en torno a la exclusión, al centralismo y al racismo que vertebra en forma invisible nuestras relaciones sociales. La democracia en este escenario se convierte en una petición de principio, pura razón de Estado, sólo cifras macroeconómicas usadas como bandera por grises burócratas. Y el paradigma del progreso impulsado desde el oficialismo, se levanta entonces como suntuoso mausoleo en un cementerio donde los cuerpos se entierran sin mortaja.<br /><br />Un gobierno puede no ser responsable de las causas históricas de la pobreza en el país, pero no puede exonerarse de su incapacidad o desinterés para revertir esta realidad como prioridad de la democracia misma. La hipótesis según la cual, más adelante el vaso rebosará, ha contribuido al actual estado de cosas en un contexto de crecimiento económico que repele a los pobres. Los cosméticos y fluctuantes programas sociales expresan esa concepción paternalista y culposa, compenetrada con esta idea del desarrollo económico, que pretende la convivencia de la democracia con la pobreza. Donde los derechos fundamentales se advierten como obstáculos al desarrollo económico y, por ello, son considerados impracticables. Como el caso de los derechos sociales, económicos y culturales, cuya vigencia, como expresión del grado de pobreza, suele estar determinada por las condiciones económicas del Estado, como si éstos no fueran precisamente la razón del Estado en una democracia.<br /><br />Las devastadoras cifras de la pobreza en el Perú son sólo un leve indicador del estado de indefensión y desamparo material y moral de las personas que la sufren. Que esto se extienda y convierta en metástasis proyecta además un sombrío cuadro donde la ciudadanía ya no es un atributo sino una concesión esquiva para los pobres. La pobreza expresa el fracaso de la democracia como sistema para tutelar los derechos y ninguna perspectiva liberal puede soslayar este punto de vista que compromete, por cierto, al gobierno de turno.<br /><br />La democracia reclama de los gobiernos coherencia con los principios constitucionales y compromiso con la protección de los derechos de las personas. Se espera decisión para impulsar las políticas que proyecten la voz y los intereses de los excluidos. Se aspira a que produzca incentivos para desarrollar las capacidades de los desfavorecidos, para que estén en condiciones de igualdad. La democracia constitucional no es un instrumento del mercado ni de los intereses hegemónicos que lo mueven. Su razón de ser la obliga a valerse de ambos, para satisfacer los derechos fundamentales, como un problema práctico y existencial que atañe a la democracia misma.<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1038628048173568672.post-63089036245475791322008-03-22T22:11:00.000-07:002008-12-09T14:00:49.629-08:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF2jKFUZ1WtGPZe1wG1GgDu98rEcqJlTMGGdRI3Nkg2Im9Ec8CnQNduDvhoHyGErGL7dfUOpBN1We-HmsuSJo7yc8HcWl7ndOqKBIu0f5gq9kse-xW9HJEQW9LYFWkdBmt5GyGEL-y0yzP/s1600-h/paisaje.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5180811362012671570" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" height="232" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF2jKFUZ1WtGPZe1wG1GgDu98rEcqJlTMGGdRI3Nkg2Im9Ec8CnQNduDvhoHyGErGL7dfUOpBN1We-HmsuSJo7yc8HcWl7ndOqKBIu0f5gq9kse-xW9HJEQW9LYFWkdBmt5GyGEL-y0yzP/s320/paisaje.jpg" width="320" border="0" /></a><br /><br /><div align="justify">Papeles de critica legal (PCL) busca convertirse en un espacio de analísis y reflexión sobre el quehacer legal. Su presencia obedece a aspectos tan ditirambicos como la profesión de sus autores, el vacio existente en el medio blogeril (de nuestro país) sobre temas legales, y el deseo de decir cosas, no siempre en armonía con el ambiente académico local.<br /><br />Como ocurre en otros países, PCL se inserta dentro de una disciplina harto compleja: la de los estudios legales, sin que ello impida desde luego aceptar y alentar la disidencia. En efecto, más allá de los nombres, PCL intenta llamar la atención sobre tópicos que muchas veces pasan desapercibidos: la opinión de los jueces, el modo de razonar de algunos autores, entre otros. Los cuales pese a su debilidad se convierten en la última palabra sobre el sentido de una norma, el significado de un concepto, o el modo de abordar un conflicto jurídico. Nuestra tarea será justamente convertir a esa "última palabra", en la primera de nuestro, hasta ahora, enjuto abecedario.</div>Unknownnoreply@blogger.com0